El miércoles próximo quien suscribe se zambullirá en la 13a edición del BAFICI. Entre el 7 y 18 o 19 de abril, es poco probable que Espectadores publique algún artículo de temática ajena al festival de cine independiente: en otras palabras, el mundo podrá venirse abajo, y sin embargo el blog se actualizará exclusivamente a expensas de esta “amable costumbre del otoño porteño” en palabras del ministro de Cultura de la Ciudad.
Nader y Samín, Vaquero, Norberto apenas tarde, Yatasto, Los Marziano, Copie conforme, La vida útil, Torrente 4, Hoy no tuve miedo son sólo algunos del total de 38 títulos que inspirarán o bien posts exclusivos, o bien compendios de mini-reseñas (según la costumbre adquirida en tiempos del Festival de Biarritz de 2007). Sin dudas, la ganadora del Oso de Oro en Berlín, las óperas prima de Juan Minujín, Daniel Hendler y Hermes Paralluelo, la última película de Ana Katz, el regreso de Abbas Kiarostami, el segundo largo de Federico Veiroj, el desembarco de Santiago Segura, la nueva de Iván Fund generan curiosidad.
Cubrir el BAFICI es una experiencia fascinante, comparable a la aventura de sumergirnos en profundidades habitadas por criaturas exóticas. Aún confeccionado con segundero en mano, ningún cronograma personal incluye todos los títulos que quiséramos ver ni todos los eventos a los que quisiéramos asistir. No importa: las decenas de entradas reservadas se convierten en acceso directo a cortos y largos de distinta naturaleza.
Organizadores, cineastas, críticos, bloggers, público en general conformamos una fauna distingible a la distancia. Nuestros seres queridos apenas intervienen en una nueva agenda que desplaza abruptamente a la rutina doméstico-laboral, y cuyas exigencias en ocasiones alteran el reloj biológico de los espectadores full time.
Con sus limitaciones a cuestas, esta bitácora se propone publicar al menos un post diario que dé cuenta de lo visto hasta el momento. A título experimental, también utilizará una cuenta Twitter abierta semanas atrás: @mebertoni (dicho sea de paso, son altas las chances de abandono una vez terminado el festival).
Hoy empieza la cuenta regresiva cuyo número cero corresponde al próximo miércoles, cuando quien suscribe asista a la proyección de Good for nothing. Descubrir al veterano Yoshishige Yoshida equivale a chapuzón previo (especie de pre-calentamiento) a la gran zambullida BAFICI.