“A Iris” se titula el proyecto de interacción que presentó Fernando Reyna Escalona en el marco de la 11na Bienal de La Habana. Este proyecto forma parte del proyecto personal de Tesis, junto con otra serie de cuadros que se centra en lo más trascendental del pensamiento cubano. A continúan les presentamos las palabras de este estudiante de acuarto año refiriéndose a su obra.
Desde las voces más sensibles, suceden los pensamientos más altos.
Por: Fernando Reyna escalona.
Este proyecto nace desde el ideario individual hacia el colectivo, de la raíz, del barro; de voces que me llegan a instante sobre ideales tan altos y puros, que solo se descubren y se sienten cuando se es capaz de sumergirse y dejarse llevar por la originalidad y genialidad de figuras como Félix Varela, José de la Luz y Caballero, José María Heredia o José Martí, que se revelan como puertas incipientes hacia el interior del pensamiento sensible. Una de las ideas de este proyecto se refiere a las relaciones de pensamiento y su vínculo intertextual con otros hasta llegar al nuestro, cómo se va intercalando y figurando un pensamiento con otro, de forma análoga, cómo se conjugan la imagen de nuestras raíces hacia el marco del pensamiento contemporáneo, tal si advirtieran y emitieran flujos de ideas de maestro a discípulo, emisor y receptor, padre a hijo.
En este período de mi creación, estoy interesado en sumergirme en la historia cubana desde el pensamiento más puro, desde la bóveda que cada autor dejó para que en cualquier momento estuviese presta a profanar y correr los riesgos necesarios en relación con la sociedad en cuestión. Al acercarme a la literatura cubana del siglo XIX, uno de los géneros que he sentido más de esta época es la prosa epistolar, pues cada carta está hecha con el desenfado y la libertad más plena, donde se sienten los consuelos más gratos, donde no existe peligro, ni prejuicios y encuentras un ser desdoblado por completo que disfruta en todo desorden elocuente la vulgaridad que se convierte en sabios legados, en imágenes reales, para demostrar la vitalidad de cada uno y todos que desdibuja las diferencias de tiempo y espacio y se convierte cada cual en alguien sumamente conocido, como Elpidio o José de Jesús Heredia, quizás un Ismaelillo.
A Iris, es el título de este proyecto. En la mitología griega, diosa del arcoíris, abandonó el Olimpo sólo para transmitir los divinos mandatos a la humanidad, por lo que se la consideraba una consejera y una guía. Escogí este título, porque encontré puntos de contacto entre su historia de vida y la de nuestros pensadores, sobre todo por su presencia en tierras extranjeras, su conexión con su tierra natal y su interés por advertir a otras generaciones. Iris como idea, contiene todo el sentimiento del amor, del mensaje, puede parecer el imaginario corresponsal de cada origenista escrito a la madre, tal vez a la hija, a un amor como el de Martí a María Mantilla, transparente como arco de colores que se forma al refractar y reflejar la luz en la lluvia. Iris aquí suele tener el mismo rostro de Elpidio, que pretende advertir, que manifiesta su amor, su sensibilidad moral y vigorosa cubanidad sin límites.
Desde esta perspectiva establezco y construyo esta propuesta, desde un nuevo pensar, con pretensiones que van hacia un pensamiento universal constituido, de ideales que responden a nuestra historia de vida desde el actuar que nos concierne a todos en este contexto por igual, hacia el conocer y la exploración. Cada una de estas ideas, puede estar vinculada con el sitio de emplazamiento. En el espacio, se pretende plantear un marco de representación que recrea los presupuestos del lenguaje actual. Visto desde la propia naturaleza de relaciones intertextual, cuestiono los espacios, para encontrar el espacio en que se despliega, el vacío que le sirve de lugar, la distancia en que se constituye y en la que se promueven desde el momento en que son objeto de las miradas, sus certidumbres inmediatas.
This slideshow requires JavaScript.