¿Quienes podrían ser los carpinteros más exigentes? Podríamos plantear un concurso en el que incluyesemos distintos carpinteros expertos a lo largo de la historia. ¿Qué pasaría si hoy en día le damos una ingletadora a un viquingo para que haga su barco? ¿Las utilizan los amish? ¿porqué me hago estas preguntas? Vamos allá.
Los edificios construidos por los Amish a menudo se caracterizan por su calidad artesanal y su durabilidad. La construcción de estas estructuras se realiza de forma manual, evitando en gran medida el uso de tecnologías modernas. Además, el diseño y la arquitectura de los edificios Amish suelen seguir patrones y estilos tradicionales que se han mantenido a lo largo de generaciones. El salto tecnológico que puede suponer una herramienta manual pero eléctrica, sin cables, puede producir en su forma de construir muchos más avances.
Me imagino a los clásicos maestros carpinteros japoneses manejando una sierra ingletadora con la precisión de un sable, realizando grandes estructuras para sus templos en la edad media… Pensaría esta gente en que unos siglos después podrían tener en sus manos una ingletadora a batería y reducir a pocos minutos un proceso que les llevaba largas horas de sierra manual, acompasándose con un compañero para bailar junto a la sierra.
En la mano de cualquier carpintero experimentado, una herramienta a batería puede ser la prótesis que siempre ha soñado. Hoy en día las estructuras autoportantes de madera se pueden ejecutar en minutos, teniendo una buena herramienta y un buen conocimiento de los sistemas constructivos.
Frente a las motosierras u otros sistemas como el de la imagen, las ingletadoras profesionales son la herramienta perfecta para realizar cortes a inglete y en ángulo precisos. Ya sea en tareas de ebanistería, al colocar suelos o en el sector de la carpintería, la elevada precisión y potencia de la ingletadora consigue buenos resultados de trabajo.
Las buenas herramientas atraen a los profesionales gracias a su robustez y a su intuitivo manejo, provocando mejores resultados. Con una buena tronzadora (también se llaman así las ingletadoras) es posible realizar cortes precisos incluso en maderas duras, y realizar todo tipo de escuadradas, listones o perfiles.
Visto que hoy en día los carpinteros también utilizan nuevos materiales, estas herramientas de trabajo también aceptan discos para el corte de otros materiales, como metal o plástico.
Precauciones a la hora de utilizar la ingletadora
Normalmente, para la ejecución de estas operaciones, el operario sujeta manualmente la pieza con la mano izquierda, mientras que con la mano derecha acciona la palanca de descenso del disco. La aparición de un nudo que varíe la resistencia a la penetración provoca una sacudida brusca en la pieza si ésta no permanece sólidamente fijada a la mesa y consecuentemente la posibilidad de que la mano del operario que la sujeta se precipite hacia el disco y entre en contacto con el mismo si permanece accesible. Asimismo, este riesgo aparece en operaciones de corte de testas en piezas de corta longitud en tronzadoras cuya mesa de apoyo presenta una discontinuidad en su superficie para realizar los ingletes. Al penetrar el disco en la pieza, ésta puede caer en la oquedad de la mesa si previamente no se ha garantizado su sólida fijación y consecuentemente arrastrar la mano que la sujeta, entrando en contacto
con el disco si permanece accesible.
La sujeción de la pieza a cortar a la mesa de apoyo no debe realizarse nunca manualmente, sino con la ayuda de prensores adecuados que garanticen en cualquier circunstancia (aparición de nudos, etc.) una sólida fijación a la mesa de apoyo de la ieza de cortar. Con la puesta en práctica de esta medida preventiva queda prácticamente anulado el riesgo de contacto con el disco durante el desarrollo de la operación, al permitir permanecer las manos alejadas de la zona de peligro.
El disco de corte de la tronzadora se protegerá con una pantalla de material transparente (de modo que permita observar la línea de corte), bien será retráctil fig. 3 o basculante de descenso solidario con el cabezal fig. 4.
La pantalla, retráctil o basculante, debe garantizar la protección total del disco en posición de reposo del mismo; durante el funcionamiento debe dejar al descubierto únicamente la parte del disco necesaria para el corte.
La pantalla será de robustez suficiente como para evitar la proyección de una pastilla que llegara a desprenderse del disco (en caso de utilizar discos de metal duro).