La fotógrafa Claire Droppert facilita una interacción lúdica con el mundo
Cuando eres un niño una nube puede parecer lo más parecido a un dragón como una masa flotante de vapor de agua. Incluso como adultos, nadie es inmune al momento mágico en que una reunión aleatoria de moléculas se transforma en animales fantásticos o formas conocidas. Es una característica de la gente sencilla, la interacción lúdica con el mundo que con demasiada frecuencia perdemos con la edad, y eso es lo que hace que nos gusten las fotos de Claire Droppert de nubes de arena en la playa.