Consumer registró en diez webs de adelgazamiento online a 4 mujeres con perfiles diferentes. Se analizó la información previa que se consultaba por la web, la información que se ofrecía al usuario, si el tratamiento se adaptaba a las necesidades de cada persona y finalmente si las dietas cumplían criterios y se adaptaban a las recomendaciones oficiales.
¿Debería ser la autoridad sanitaria la que se encargue de revisar este tipo de webs? ¿O hay que confiar en la inteligencia colectiva para que mediante el boca-oído dejen de consultarse? La valoración que ofrece el reportaje no necesita mucha explicación:Aunque, si tan malas parecen ser, ¿a alguien le funcionan? ¿Existe un efecto placebo en algunas dietas? ¿Las más caras funcionan mejor? Para encontrar respuestas, nos dejamos llevar por la música.