La vida en Belém en definitiva no es fácil para un viajero por varias razones, las que más nos han afectado a nosotros han sido: el calor sofocante que hace durante todo el día y la noche –todo el tiempo estamos a una temperatura que ronda los 38ºC.
Otra es la inseguridad, la gente parece asustada, es muy recelosa y no les gusta que nadie se les acerque, así que pedir información se nos complica; en las tiendas siempre hay alguien vigilándote con desconfianza, lo cual es infinitamente incómodo y molesto.
Nos han dicho que es por el alto índice de
criminalidad y los robos parecen estar a la orden del día. Aunque todo parece bastante normal para nosotros, mejor le hacemos caso a la gente y andamos con cuidado.
Belem no tiene campings ni áreas para
que un viajero estacione. Justo hoy, en el sitio que nos estacionamos nos pidieron que nos fuéramos ya que la kombi estorbaba e impedía que la gente viera la tienda que estaba detrás… En el
parque nos pidieron varias veces que la moviéramos ya que impedía que el camión de la basura viera los contenedores y se los llevara, también le estorbaba a la gente ¿? y otras excusas de ese
tipo. Parece ser que a nadie le gusta tener una kombi cerca en
estos rumbos…
Es difícil encontrar internet en la
ciudad, son poquitísimos los sitios que tienen wifi, y de los que tienen solo hemos encontrado uno que realmente funciona. También hay internet en la plaza pero nos han dicho que
en cualquier momento puede pasar alguien a arrebatarnos la laptop, así que por sentido común ni hemos hecho el intento.
Descubrimos una buena cosa: en el
Cinema Olympia–que se encuentra en la ciudad vieja, Cidade Velha–presentan películas cada tarde y la entrada es gratis. El cine tiene una gran sala antigua en la que proyectan las películas. Todo
iba bien hasta que no dejaron ingresar a David por vestir camiseta sin mangas–la verdad es que cuando fuimos a preguntar por las entradas nadie nos mencionó que había código de vestimenta, aunque
tampoco preguntamos ya que ni siquiera nos pasó por la cabeza que existiera esa posibilidad–, eso nos tomó completamente por sorpresa; por suerte el chico de la entrada ofreció prestarle su
camiseta a David… nos salvó la noche.
En fin, no dudo que Belem tiene buenos puntos, pero es complicado verlos desde una kombi. Esperamos poder avanzar pronto y continuar nuestro camino hacia el norte.
Hoy conocimos a otra pareja que viaja en vehículo y seremos vecinos esta noche y quizá mañana. Ellos viajan en un “pequeño” camión que al lado de la Zaigua es enorme… Ali y Henrique, se conocieron viajando, se enamoraron y se casaron al poco tiempo. Ahora siguen de luna miel recorriendo Latinoamérica.
Es muy bueno tener “vecinos”, poder compartir anécdotas y cuidarnos uno al otro. Ya nos hacía falta… es extraño llegar a un lugar en el que nadie te dirige la palabra. En fin, cruzamos los dedos porque esta etapa continúe su ciclo y podamos seguir adelante lo antes posible!
Mañana nos toca ir al puerto por la mañana para abordar el barco que se supone estará listo desde las 7:00am. Apesar de que abordamos por la mañana, no es hasta por la noche que estaremos saliendo por cuestiónes de marea y carga. Listos ya estamos, hoy compramos comida para tener nuestra reserva; rellenamos nuestras garrafas de agua y hasta me compré una revista para leer en el camino... :)
Andrea