Imagen de las armas intervenidas en la bautizada como ‘Operación Bulldog’. (Foto: Guardia Civil)
Tanto fomentar el emprendimiento y el autoempleo como respuesta a la crisis tiene consecuencias indeseadas. La Guardia Civil ha detenido en Laguna de Duero (población vallisoletana que da nombre al Renault Laguna) y en otras ciudades repartidas por media España a nueve empresarios-trabajadores que había puesto en marcha una fábrica clandestina de armas y un sencillo sistema de distribución que utilizaba Internet para publicitar sus productos. En esto de los mercados negros, el tráfico de armas está en el podio, con otras barbaridades como la venta ilegal de drogas y la trata de personas, la mayoría mujeres.
Las guerras dan mucho dinero pero no siempre están abiertas para las pequeñas empresas ilegales, así que éstas se ven obligadas a buscar mercados locales en los que abundan los coleccionistas, los sicaros, los desequilibrados y los atracadores de tres al cuarto. Comprar una pistola, un fusil o una escopeta de cañones recortados no es tan fácil como pedir unas botas de agua en Amazon, pero tampoco resulta tan complicado. Conviene recordar que la tenencia de armas prohibidas o manipuladas para modificar sus características y la de armas reglamentadas sin permiso son hechos que están considerados delito en el Código Penal español y en otros muchos del mundo. Digo esto porque la cinematografía venida de fuera y la adaptada después a lo nuestro han hecho mucho daño al sentido común y el personal cree que puede enfundarse en cualquier momento un revólver en el vaquero como hacía Brad Pitt con el secador de pelo en Thelma & Louise.
Hay hemos sabido que la rebaja del paro de marzo (en 20 años habremos culminado) está acompañada por un incremento del 0,55% del número de trabajadores autónomos (16.725 más), un hecho que no me atrevo a valorar sin escuchar a la ministra que ilumina nuestro juicio en lo laboral ni a los sindicatos empeñados en repetir las mismas monsergas de siempre. Si los detenidos por fabricar armas acaban en prisión, podrán trabajar por cuenta ajena durante su condena. Luego, como es lógico, tendrán derecho al paro y a estropear las estadísticas oficiales. Será su venganza.