Revista Gente
A Marilyn Monroe se la adora años después de su muerte po...
Publicado el 10 marzo 2012 por Stern @nesuispasjulietA Marilyn Monroe se la adora años después de su muerte por su belleza, espontaneidad y sensualidad, sus curvas, su cabello rubio platino y su sonrisa, escondida tras esos labios rojos carmesí.
Marilyn es un icono de estilo, feminidad y, especialmente, sensualidad.
Era guapa, era sexy, era lista, podría haber tenido lo que quisiese, podría haber llegado a lo más alto.
Y Marylin lo consiguió.
Pero Norma Jean Mortenson, acabo cayendo en una espiral autodestructiva, de infelicidad, incomprensión, tragedia y desamores, que la llevaron a una muerte, siendo demasiado joven. Como las muñecas de porcelana, que se rompen en decenas de pedazos al caer al suelo.
La adoramos y con ello entramos en las eternas contradicciones.
Amamos su belleza curvilínea pero, en cambio exigimos un canon de belleza esbelto, delgado, casi inhumano si no se posee esa constitución de manera natural. ( si queréis leer la anterior entrada sobre los cánones de belleza, clickad aqui!)
Marilyn es EL ICONO, pero hoy en día, solo parece haber cabida para todo lo contrario, y solo a veces, parece reabrirse el tema de los cánones de belleza femeninos ( aunque creo que de los masculinos se habla poco y también son importantes) en el que se debate una temporada, se intenta aplicar una belleza más sensata, se hacen millones de promesas para " la mujer real" ( que francamente, delgada, curvilínea o gorda, mujeres reales, somos todas...bueno, quizás las barbies siliconadas hasta las mismísimas costuras, no sean tan reales....) que con el paso del tiempo parecen diluírse en las brumas de la moda y de lo que se impone como atractivo o no.
Ella era tan real, que tuvo que inventarse para poder destacar, sobrevivir, vivir y triunfar. Norma era tan chica de al lado, que sin Marilyn, sin ese personaje que fingía ser la típica niña mona, pero tonta, no hubiese podido llegar donde llegó. No era una gran actriz, nunca encontró su lugar, ni el amor de su vida, ni creó una familia, ni se recuperó de los numerosos traumas de su pasado. Los fantasmas seguían allí; Norma Jean seguía allí, a la sombra de Marilyn, de su creación, para recordarle quién era en realidad. ¿Hasta qué punto era Marilyn Monroe LA MUJER? ¿ Cuales son los valores que se pueden obtener de un icono que casi te enseña a no ser tú misma para poder llegar a donde te propones? ¿ la clave es ser una marioneta de los hombres, un mero objeto sexual, esconder nuestro poder mental, nuestras capacidades?
Ella era guapa. Guapísima. Pero no era más que otro de los tantos juguetes rotos que industrias como Hollywood han creado en pro de la satisfacción del gran público, capaces de ascender a una persona al cielo con la misma rapidez con que poder hacerla descender a los infiernos. Era un icono. Como lo podemos ser todos y todas. Pero al gracia es ser un icono real, una persona real y no anteponer nunca esa creación a quienes somos en realidad. Yo podría engañarme y engañaros; hacer un papel, crear un personaje, haceros creer en el de tal manera que acabaríais subiéndome a un altar, amándome, idolatrándome. Pero no sería yo, si no una mera ilusión. La artista era Norma. Marilyn era tan solo el reflejo de la verdadera actriz; su mayor logro, su personaje principal. La actriz cuyo personaje hacía de actriz. La estrella que se extinguió por brillar demasiado. La mujer que murió detrás de una mentira.
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