Puesto porJCP on Dec 12, 2015 in Autores
La banca internacional, los banqueros y sus putas, los políticos son sus putas; la banca, digo, es la responsable de la peor crisis que se conoce desde la Gran Recesión de 1929. Tú, imagino que no sabes cómo terminó la Gran Recesión de 1929. Pero te lo digo yo: con una guerra mundial, la Segunda que vino a ser, una guerra mundial orquestada por el sionismo internacional como punición a la Alemania nazi por oponerse a la rapiña de toda la economía alemana, a los usureros amparados por el Tratado de Versalles, pieza endemoniada que puso la guinda a la anterior Guerra Mundial. Para entenderlo, tienes que saber que a los usureros les molesta sobremanera que no les dejes ejercer su profesión a culo abierto. Esto son los hechos, bien distintos de la propaganda neoliberal divulgada por los media que te llega y llegará en los próximos cien años, si es que los vives. El Nazi era un partido de izquierdas, como lo era el PCUS de la extinta URSS. Por eso pactaron primero y se mataron después, como hacen todas las izquierdas del mundo.
Pues bien, los banqueros españoles son cada vez más internacionales por razón de matrimonios de conveniencia o quizás de que se están volviendo unos hijos de puta de marca mayor por generación espontánea. No lo sé. Pero Ana Patricia, el banquero más importante de España, dicen que se ha recortado el prepucio de la pipa del coño y, aunque le roza con las bragas, se sienta entre los banqueros del Sanedrín Financiero sin complejos.
Últimamente, los bancos están demostrando que son feroces enemigos de la población de a pie que malvive en España, a la que consideran estúpida y despreciable. Como las entidades financieras vegetan a base del dinero gratis que mana inagotable del Banco Central Europeo, con el que compran deuda española, esa misma que el PP ha tenido a bien triplicar en estos últimos cuatro años, les importa un huevo que te lleves tu nómina a otra parte. Y te pagan intereses negativos por dejar tu dinero en su banco. Eso de pagar intereses negativos es un eufemismo, te lo digo desde ya. Lo que pasa es que te cobran por prestarles tu pasta. Lo mismo que te cobran una anualidad por la tarjeta de crédito y luego por sacar dinero en un cajero con ella. No cualquier minucia, sino el 2% con un mínimo de 2 euracos de vellón.
Los bancos hace años que no cumplen con su función social. No le prestan dinero a las personas jurídicas, a los empresarios, a menos que las empresas estén participadas por el banco en cuestión. De manera que están descuartizando a las empresas corrientes, las que generan el 90% de los puestos de trabajo, a las que no renuevan créditos imprescindibles para hacer frente al movimiento de caja diario, para tener liquidez. Es decir, hunden negocios que ingresan más de lo que gastan, pero a los que no les dejan ni un euro para hacerse con mercaderías. Tampoco prestan a las personas físicas ni en caso de vida o muerte. “Muérete, pero bien lejos de aquí, que luego hueles mal”.
Ni les prestan para comprar una vivienda, a menos que sea una de los cientos de miles que les han embargado a otros ciudadanos. Entonces, sí, para eso hay siempre una hipoteca. Para ganarse un buen diferencial entre el precio a que te la venden y el valor descontado al pobre desgraciado al que han dejado en la puta calle, con el resto de la deuda y con todas las costas judiciales.
De modo que te lo dejo claro: tu banco es tu enemigo. Y dispone de armas terribles contra ti porque el Gobierno de España lo protege como si fuera un braquiosaurio de Parque Jurásico –no como a ti, que te humilla, te sanciona e insulta tu inteligencia, poca o mucha, eso es lo de menos, que no ser muy listo no significa que no tengas dignidad–, le regala dinero público, nuestro dinero, y, cuando se siente poco feliz con lo mucho que nos roban, mandan a la vicepresidenta Sorayita SS a hacerle una mamada al Consejo de Administración en pleno. Y Sorayita es una mujer siempre dispuesta, que se cuenta que el otro día le comentó Rajoy en el escaño: “El lunes voy al urólogo”; y ella se ofreció: “¿Quieres que vaya yo?”
La banca no es un herbívoro braquiosaurio, sino un carnívoro velociráptor que va a por ti, a comerte hasta los huesos. Así que, al puto enemigo, ni el pan ni la sal. ¡Pero nada de violencia que sólo te llevará a la cárcel, Rambo! Nada de romper cajeros o de pintar grafitis de pollas en las cristaleras de sus oficinas. No señor. No te apuntes a esos movimientos, que están todos articulados y controlados por el Estado. Lo que tienes que hacer es sacar todo tu dinero cada primero de mes, en cuanto te paguen la flaca nómina. Y si no tienes la oficina de Correos demasiado lejos, pagar todos tus recibos allí: la luz, el gas, el agua, el teléfono. De paso, le tocas los cojones un poco a todas esas empresas que los sucesivos gobiernos alternantes del PPSOE le regalaron a los banqueros y a sus amigotes. Les tocas los cojones porque tienen que trabajar para cobrar: mandarte una educada primera nota, y luego una segunda en la que te advierten que o les pagas o te van a cortar el suministro. Como poco, pagas un mes tarde sin problemas, que son unos gandules hasta para cobrar. Y no uses jamás la tarjeta de crédito para nada. Y, en cuanto puedas, la devuelves, que tampoco es gratis.
De los bancos hay que prescindir completamente. Por supuesto, nada de aceptar su dinero a crédito. Eso es lo que nos ha traído hasta aquí. Y cuando hablo de los bancos también lo hago de los cofidises y de los créditos del dentista, que te quiere poner implantes a pagar en módicas cuotas mensuales, pero luego resulta que si buscas bien y pagas al contado, te cuestan menos de la mitad.
Pero como eres un puto vago, ahora pensarás gilipolleces. “No va a servir para nada”, te dirás, aleccionado por decenios de ver la tele y de leer El País, El Mundo y la Hoja Parroquial. “La movilización de un solo hombre no cambia nada”. ¡Pero vaya si cambia! Lo pone todo patas arriba, de hecho. Porque el del gran cambio serás tú mismo. ¿De qué te sirve, si no, ver tantas películas de súperhéroes, hostias? Déjate de admirar a Batman, que es un ricachón con mascarita, y actúa con tus pobres medios. Sin tanta baticueva ni tanta batipolla vas a ser un verdadero héroe, aunque sea más parecido a Aquaman, porque vas a vivir sumergido en las cloacas de la economía como un puto zurullo submarino. Pero cada vez que pases por delante de una oficina bancaria podrás mirarla con esa arrogancia de los banderilleros cojos cuando se enfrentan a un morlaco de 500 kilos, con la mirada alta y citándolo, los cojones bien pegados al ojal.
Y tus amigos, cuando lo sepan, te criticarán mucho, pero será por puta envidia, porque ellos son consumidores de tiempo y de artefactos, no hombres. No banderilleros. Las chicas, ni fu ni fa. Les da igual que pagues así o asá con tal de que pagues. Enseguida verás la que quiere ligar contigo, eso sí. Porque se mostrará más antisistema que usar el contador para cascar nueces. La que te dé la razón, la que opine que a los bancos hay que arruinarlos, esa noche te limpia el sable. Porque ¿qué tiene que ver follar como dios y llegar a ser un buen padre algún día con tener el dinero en casa, debajo de una losa?