Revista Creaciones

A propósito de la fundación de Córdoba

Por Zunilda45
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A propósito de la fundación de Córdoba
Córdoba debe su existencia a una decisión política de su fundador, rayana en la desobediencia.Esteban Dómina

6 de julio de 1573, Fundación de Córdoba


El Virrey del Perú, Don Francisco de Toledo, designa en el año 1571, Gobernador y Capitán General del Tucumán, Juríes y Diaguitas (territorios del NO argentino) a Don Jerónimo Luis de Cabrera, un sevillano establecido en Cuzco desde 1538, donde contrajo matrimonio y prestó servicios al ejército real hasta tal designación.Según consta en documentos históricos, el Virrey de Lima le encarga la misión de: “Poblar y fundar en el valle de Salta en la parte y lugar que e pareciere mejor convenir, un pueblo de españoles para que de estos reinos del Perú se pueda entrar a dichas provincias sin el riesgo y el peligro que hasta aquí, y de ellas salir a estos reinos a contratar y mercadear”.Jerónimo Luis de Cabrera parte en 1572 para cumplir con el mandato conferido, llegando hasta la actual ciudad de Santiago del Estero, capital de la Provincia homónima, donde se afinca para armar su plan de conquista y expansión, decidiendo no fundar tal pueblo en Salta, sino que piensa en llevarlo más hacia el Sur, con el fin de extender la conquista en los territorios sureños, rumbo al Río de la Plata. Con un puñado de hombres, su esposa y sus dos hijos, sigue su camino, sin explicar los motivos que lo inducen a desairar al Virrey. Esa impronta de rebeldía en la actitud del fundador habría de prender fuerte en el origen y desarrollo de esta Córdoba de la Nueva Andalucía. El escritor cordobés Esteban Dómina, cita en su libro: Historia mínima de Córdoba, el decir del historiador jesuita P. Pedro Lozano, que en cierta medida, trata de entender las razones de Cabrera: “. . .resolvió enviar a personas de confianza a registrar el país de los comechigones y buscar sitio oportuno para fundar otra nueva ciudad que le parecía necesario para la consecución de sus designios, pues sin ese freno sería imposible contener en la debida sujeción a estos naturales en tanta distancia, y nunca se podría asegurar el camino para el Río de la Plata”.Desde Santiago del Estero y con el propósito de organizar su expedición, envía a los mejores hombres de su confianza para que hicieran un relevamiento de la zona donde pensaba concretar sus planes. Una vez explorado el territorio por esa avanzada, parte la columna principal al mando de Don Jerónimo Luis de Cabrera en búsqueda del sitio para la fundación y así fue como el 24 de junio de 1573 alcanza las orillas del Río Suquía y por ser día de San Juan con ese nombre lo bautiza. Días más tarde, habiendo encontrado el lugar indicado, funda, solemnemente Córdoba de la Nueva Andalucía, el 6 de julio de 1573, quedando las razones de la elección expuestas en el Acta de ceremonia y protocolo.  Córdoba quedó así oficialmente asentada extendiéndose su jurisdicción 100 leguas a la redonda. Se creó el fuerte, se repartieron cargos y solares y se cumplieron todos los actos tendientes a efectivizar la fundación. Los cimientos de la pronta ciudad diagramada según el plano de Cabrera, fueron bendecidos por el primer cura vicario. Nacía el mestizaje para entonces ya que el grupo de cien hombres que acompaña al fundador se mezcla con mujeres aborígenes del lugar, hasta que las españolas que permanecían en Santiago del Estero recibieran la orden de ser llevadas con sus esposos, cuando se afianzara el asentamiento. No todo fue color de rosas para Don Jerónimo Luis de Cabrera. En marzo de 1574, luego de decidir el traslado de la ciudad a la  otra orilla del río San Juan (hoy Suquía) a un lugar más propicio, encontrándose presto para partir hacia Santiago del Estero con el fin de fundar una nueva ciudad al Norte, en el valle del Jujuy, una intriga política en su contra, propia de la época, y favorecida por la dificultad en las comunicaciones con España, lo detuvo. Así, las cosas se generó la siguiente situación: El rey de España había nombrado a Don Gonzalo de Abreu en el mismo cargo que tres años atrás el Virrey del Perú  asignara a Cabrera. Abreu, a poco de su arribo, en marzo de 1574, acusa a Cabrera de usurpación de Cargo, lo despoja de sus propiedades y lo manda preso a Santiago del Estero donde sufre la más cruel prisión hasta que recibe la pena capital del garrote vil en agosto de 1574.

A propósito de la fundación de Córdoba

A partir de tal hecho otra fue la historia. Su esposa, reunió los antecedentes de Cabrera y con las pruebas y un relato de los hechos, llegó hasta el mismo rey de España, Felipe II, reclamando justicia y la reivindicación del buen nombre de su esposo, inocente de todo cargo. Convencido por las evidencias presentadas, el rey le absuelve de las culpas y restituye su fama, parafraseando al historiador consultado*, la de un hombre probo, afable con sus soldados y considerado para con los comechingones a quienes trató con justicia y bondad, muy diferente de los conquistadores de su tiempo.Fuente: *Esteban Dómina, Historia Mínima de Córdoba, 4° Edición, Ediciones del Boulevard
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