Revista Cine
Lo frágil y quebradizo de mi memoria me impide recordar cuándo y dónde, pero sí que recuerdo que, en alguna ocasión, y en algún lugar, tuve ocasión de escribir una reseña acerca de las notas de producción que las compañías cinematográficas emiten con motivo del estreno de sus películas, y a las que algunas webs dan cobertura y difusión, a través de su publicación. Durante un tiempo, las leía con habitualidad, y me resultaba curioso que, más allá de su contenido estrictamente informativo (en ocasiones, ciertamente interesante), su tono, rayano casi siempre en el panegírico, obviara el más mínimo apunte ya no crítico, sino siquiera neutro, en relación a cualquier aspecto (técnico o no) relacionado con el film al que hicieran referencia.
Viene este apunte al caso (por lo extensible que se haría al mismo idéntica reflexión, si bien corregida y aumentada…) de las entrevistas promocionales; algo que tenía ocasión de comprobar, una vez más, recientemente, con motivo de la rueda de prensa —emitida en un programa radiofónico de cine— concedida por los dos protagonistas principales de la versión usamericana de la primera entrega de Millennium (Los hombres que no amaban a las mujeres), a saber, Daniel Craig y Rooney Mara, de visita promocional en nuestro país durante la pasada semana. Intenté contar las veces que los dos repitieron las palabras ‘unbelievable’ y ‘wonderful’ para referirse a cualquier cuestión relacionada con el proyecto (rodaje, director, actores, guión, historia, la novela en que se basa…): una vez me convencí de que necesitaría un ordenador de bastante potencia para poder llevar ese cómputo, desistí del empeño…
Entiendo que una productora que se juega una pasta indecente en una cinta de gran presupuesto —y de la que espera un retorno económico en similar proporción— no envía a sus estrellas en misión promocional a un país perdido y remoto (Spain, what…?), para que éstas se dediquen a lanzar rajadas espectaculares mutuas, contar jugosas (y poco edificantes, por supuesto…) anécdotas del rodaje o despotricar sobre el auténtico nivel artístico del producto. Esto es algo que ya harán, y ampliamente (tan ampliamente como permitan los ceros del talón que los retribuya…), cuando escriban sus memorias. Pero tampoco estaría de más que contaran algo que fuera más allá del topicazo más fustigado y la insustancialidad más absoluta: oído lo oído, no hubiera aportado menos una sesión fotográfica con los dos calladitos y sonrientes (tal y como aparecen en la foto que ilustra esta reseña). Y es que, en comparación con la de Millenium, la rueda de prensa de Álex de la Iglesia y José Mota para presentar ‘La chispa de la vida’, parecía una conferencia conjunta de Stephen Hawking y Eduardo Punset. En fin…
* Grageas de cine LXXVIII.-