El quince de marzo [de dos mil doce] un pequeño pueblo al norte de Italia, Reggio Emilia, dio una noticia muy particular: la aclamada perfumista italiana Silvana Casoli acababa de terminar una fragancia exclusiva para Joseph Ratzinger
La nariz, como se le conoce a Casoli en Francia, tiene en su historial encargos de algunas otras celebridades como Sting, Madonna y el rey Juan Carlos de España; su relación con la iglesia católica se remonta a dos mil diez.
En dicho año su taller Il Profumo recibió una llamada desde Santiago de Compostela [España] en la que se encargaban dos colonias por la visita de Benedicto XVI dado al jubileo que celebraban. Las aguas perfumadas que obtuvo, a base de flores de Bach, fueron un éxito: agua de esperanza y agua de la fe fueron llamadas.
Los cardenales españoles que realizaron el pedido mandaron muestras al pontífice romano y fue, de este modo, que
Benedicto XVI, conoció el trabajo de la perfumista. Poco después Silvana recibió un par de llamadas más: una proveniente de la ermita de san Antonio de Padua y la otra del Vaticano; el papa quería una fragancia exclusiva para él y por tanto no saldrá a la venta y su producción será a pedido del jerarca católico.Era difícil –explicó la perfumista– lograr un aroma que reflejara fielmente la personalidad y perspectiva teológica del papa Benedicto La fragancia combina los olores del tilo, verbena, flores del árbol de limón y la hierba primaveral; en ella se busca reflejar el amor del pontífice por la naturaleza y los bosques de su natal Baviera [Alemania] así como infundir una sensación de paz y tranquilidad similar a la que obtiene cuando toca el piano.
Pensé en el olor que aspira el papa cuando reza; en la fragancia que emana de la gruta de Lourdes -finiquitó la creadora de aromas.
Imagen | Dr. Case Info | The Telegraph / Il Messagero papa benedicto xvi, perfume del papa, Silvana Casoli, la nariz, visita papa benedicto xvi, baviera alemania, joseph ratzinger, agua de esperanza, agua de la fe