Revista Ciencia

¿A qué huelen las nubes? Pronto lo sabremos.

Por El Tridente

¿A qué huelen las nubes? Pronto lo sabremos.

¿Se imagina usted vivir en la penumbra? ¿Con un constante frío, abundante niebla y visibilidad casi nula? No les hablo de trasladarse a un pueblo de montaña o vivir en alguna región del Reino Unido, sino de vivir en cualquier parte del mundo con unas condiciones atmosféricas inauditas por culpa de un fenómeno meteorológico que beneficiará muy poco a la humanidad. Les hablo de vivir entre nubes.

Hace unos días leíamos en el diario ABC (www.abc.es) que un satélite de la NASA ha descubierto que las nubes de la Tierra están cada vez más bajas. Información refrendada por el estudio realizado por científicos de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda en el que y tras 10 años de estudio se revela que existe una tendencia general a la disminución de las nubes. Unos científicos que a buen seguro eran funcionarios. Sino no se entiende que pasaran 10 años mirando las nubes.

Los efectos que provocaría el continuado descenso de las nubes podría traducirse en una reducción de la temperatura de la superficie del planeta con lo que la Tierra podría enfriarse de manera más rápida. O sea que si las nubes siguen bajando y bajando lo más probable es que llegue un punto en el que el termómetro baje con ellas. Así que si ahora nos quejamos de frío, imagínense lo que podría ser vivir en unas condiciones atmosféricas desconocidas para el ser humano.

Y aunque algunos disfrutarían mucho con bromas como: “estoy a un paso del cielo” o “me encanta vivir en las nubes”, sería muy extraño por ejemplo que te cayera un chaparrón de cintura para abajo. O tener que ir constantemente con el coche a 20km/h y las luces de niebla por la poca visibilidad existente. Y todo ello sin hablar de que dejaríamos de ver qué hay por encima de las nubes puesto que nuestro ángulo de visión se vería considerablemente reducido con estos elementos tan cerca de nuestras cabezas.

Sobre la solución, poco dice el informe, aunque quizá ésta pase por evitar que la deforestación o la emisión de gases de efecto invernadero siga haciendo mella en el calentamiento global. Pero lo que está claro es que como esto siga así y aquellas que nos cubren y protegen sigan bajando, conseguiremos conocer la respuesta de aquel anuncio tan famoso de televisión y por fin sabremos; a qué huelen las nubes.

Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…

 


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