Colimbo grande (Gavia immer)
Después de 50 días encerrado en casa por causa del COVID19 y el confinamiento aconsejado por el Gobierno del país, este pasado sábado pudimos salir de nuestros hogares a pasear o hacer deporte. Por fechas -2 de mayo- tenía la esperanza de que aún quedase algún colimbo grande en la playa Salvé de Laredo, quién sabe si con su precioso plumaje estival, antes de marchar al Norte. Para cumplir con las normas, ya que iba a alejarme más de 1 km de mi residencia, me vestí de runner y cargué en una mochilita los prismáticos y la pequeña cámara bridge. Comencé mi trote cochinero...
Y, efectivamente, había colimbos. Este fue el primero que localicé.
Colimbo grande (Gavia immer)
Y llegando al Puntal el más esperado durante todo el año.
Colimbo grande (Gavia immer)
Un precioso adulto con su plumaje radiante.
Colimbo grande (Gavia immer)
Apenas posó durante medio minuto, muy cerca, pero se alejó y yo no tenía tiempo para esperarlo. Como la Cenicienta tenía que volver a casa corriendo porque a las 10 de la mañana había que recogerse. Suficiente para disfrutarlo lo justo.
Colimbo grande (Gavia immer)
El domingo el tiempo estaba más revuelto y el viento levantaba multitud de olitas que dificultaban la visibilidad. Vi 3 ejemplares diferentes, y todos volando. Estarán entrenando -como yo- para su próxima aventura migratoria.
Colimbo grande (Gavia immer)
Hasta hoy no los he vuelto a ver... otros 3 pero muy lejos.
Colimbo grande (Gavia immer)
Mi amigo Ángel Renedo salió con su piragua y los vio más cerca.
Colimbo grande (Gavia immer) Foto: Ángel Renedo
Y desde cerca se aprecia perfectamente que a este ejemplar le quedan pocos días para completar su muda. ¿Hasta qué día se quedarán? Al menos me he podido despedir del gran colimbo, el rey de la marisma.
¡¡Buen pajareo para todo el mundo!!