Revista Cultura y Ocio

A tres metros sobre el cielo

Publicado el 17 febrero 2011 por Otroscuentos

A tres metros sobre el cielo
Me lo compré porque quería leer algo diferente.

Y porqué no a Federico Moccia.

No lo había leído nunca y pintaba a amoroseo…cosa que no descarto en absoluto en momentos de crisis lectora existencial. Ya sabes, en esas épocas en las que tus ojos ven miles de libros en las estanterías caseras pero que no son los suficientemente elogiables para tu mente y cuerpo.

“Tres metros sobre el cielo” estaba dando que hablar por la versión cinematográfica española protagonizada por Mario Casas.  Y en un impulso..me lo compré. Sabía que si me veía la película, no me leería el libro, y algo dentro de mí me incitaba a hacerlo. Así que le hice caso a mi ansia lectora y aquí estoy. Aún sin verme la película, pero con las vivencias intactas cual  film en mi mente dudando en verme o no la peli…

Me he leído la traducción al español. Y la verdad, no es por criticar, pero (aunque en general la cosa fluía) en ocasiones la traducción ….me impedía la lectura, por decirlo de alguna forma. Y digo la traducción porque, por poner un ejemplo de los más graves y que más me chocó, en “Raffaella se siente embarazada por un momento”, a mi me dejó perpleja. Y os aseguro que la Raffaella en cuestión no estaba en cinta ni nada por el estilo, al revés…¿un lapsus? ¿un falso sentido? ¿una errata? ¿un despiste? ¿acaso una mal comprensión por mi parte…? Aunque, ya te digo, leí mil veces la frase, el párrafo, la página….y no había confusión posible…en fin.

—-INCISO: tenía que hacer este apunte porque todo no va a ser perfecto en esto de la traducción y las lenguas, aunque me cueste admitirlo. Y el trabajo entregado y costoso del traductor no tiene precio alguno. Después de tanto sufrimiento estudiantil, algo de esto he aprendido a valorar….creo yo.. XD ——

En fin, que por lo demás, un libro entretenido si te gustan (o si quieres probar a que te gusten, como fue mi caso) las historias de adolescentes, primeros amores, batallas campales y paisajes italianos.

No os voy a engañar: cuando empecé a leerlo, me maldije (casi mucho mucho) por haberme gastado a la ligera 10 euros. Mi mente divagaba entre cosas como:

¿Pero qué haces leyendo eso? ¿Pero qué forma de narrar es esta? ¿Y por eso tiene tanta fama este Moccia…?

…pos vaya tela…

Pero capítulo a capítulo, no podía parar. Quería más de Step (el guapísimo y xulangano prota que parte la pana allá por donde va- literal y metafóricamente hablando) y de Babi (la dulce y ,con el tiempo no tan inocente, damisela pija en apuros).

Y poco antes de terminar, leí por casualidad que ¡tenía segunda parte! Me desanimé un poco, porque leí la reseña (¡abstenerse si no queréis ser spoileados!)…así que mis ojos ya estaban puestos en el siguiente…”Tengo ganas de ti”.

Pero ese ya…es otro cuento.


  


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