Hace unos días, tuve la oportunidad de disfrutar de una velada muy agradable en compañía de mi esposa y dos hijos, en un restaurante muy especial de Bogotá, a donde tomé la decisión de invitarlos para celebrar mi aniversario de bodas.
Ese restaurante fue El Cielo, nombre absolutamente propicio, y que al final de la velada entendí con toda claridad, el porqué del mismo.
Desde la llegada al restaurante, por demás muy bien ubicado en un sitio exclusivo de Bogotá, comenzamos a vivir una cadena de momentos muy bien definidos, que nos encantaron a los cuatro y poco a poco nos fueron introduciendo en sensaciones y sentimientos que no habíamos vivido en restaurante alguno, dentro de nuestro país.
La asesoría y presentación de los meseros, con discursos y explicaciones maravillosas de los platos, la preparación y el significado de los mismos, la forma creativa como inicia el ritual casi artístico para degustar cada obra de arte (sería lamentable llamarlo simplemente plato de comida) y la secuencia perfectamente hilvanada entre un ingrediente y otro; son realmente un claro ejemplo de lo que es diseño de experiencias para clientes.
Y es que la conjugación del excelente servicio, con la más alta calidad del producto, creatividad e innovación así como una infraestructura dispuesta exclusivamente para agradar el cliente, son sin duda la receta que permite lograr diferenciación, posicionamiento, ventaja competitiva y valor agregado, que genera retornos económicos importantes.
Y esto último es clave, por cuanto la reputación de este o cualquier negocio, debe verse reflejada en las utilidades; además por cuanto déjenme decirles que luego de vivir ese cúmulo de experiencias maravillosas, lo que menos importa es cuánto vale, porque sentirse bien y pasarla bien no tiene precio.
Al finalizar la maravillosa velada, incluso adquirimos un bono regalo para una cena especial, como obsequio para una pareja de novios ad portas de su matrimonio, de quienes fuimos padrinos, por cuanto vimos que prácticamente era un detalle “tailor made”, que podíamos ofrecerle con mucho cariño a nuestros ahijados.
Es decir que gracias a la experiencia vivida, profundizamos la relación con “El Cielo”, recomendando y llevando a otros clientes, para que experimentaran lo mismo que experimentamos con mi familia, por cuanto bien valió la pena.
Gratificante conocer estos casos, donde con claridad de propósito, visión estratégica, decisión y capacidad de gestión si es posible generar experiencias como factor clave y distintivo, de un negocio, que además es replicable como modelo (también El Cielo está en Medellín, donde Juan Manuel Barrientos su joven y emprendedor Chef-Propietario comenzó, entiendo que está en Miami y tiene proyectos para abrir en Cartagena de Indias y Madrid).
Y si es posible, generar experiencias memorables a clientes, como parte de una estrategia clara, definida y ganadora.
Sergio A. Corredor G. MBA.
Jefe Unidad Atención de Servicios. Ecopetrol S.A.
Instructor Certificado en Servicio al Cliente. Service Quality Institute, Minneapolis, USA.
Certificado en Customer Experience Management. Strativity, New Jersey, USA.