Jaen, tierra de gente risueña, curtida por el sol que inunda los olivares que la dan fama mundial. 3 Abril de 2010, Sábado de Gloria. Un protagonista: el presidente Tomás Martínez, maldito a partir de ahora para los taurinos, y al que desde aquí le damos la enhorabuena y le animamos a seguir luchando contra el fraude y la manipulación. Duele ver cómo lo utilizan, algunos embaucadores, como cabeza de turco para tapar las miserias y las vergüenzas del taurinismo.
La cosa fue tal que así: se presenta un cartel con tres ganaderías distintas, como si fuera un festival benéfico o la gili-corrida de los siete magníficos de Fallas. Juan Pedros, Guadalmenas, los José Vázquez; tanto monta, monta tanto. Es el mismo perro con distinto collar. Un montón de kilos de porquería descastada; blandengue; enfundados, después afeitados (por si las moscas); birrias criadas y elegidas geneticamente por domingueros que una vez al mes se colocan la chaquetilla y el sombrero ancho y se vanaglorian de ser ganaderos de toros bravos. Vasallos con la cancela de la finca abierta las 24 horas al servicio de la figura de turno. Con sus camiones siempre preparados para partir con más material hacia el lugar en donde algún veterinario o presidente subversivo no acepte borrego como animal de lidia. Estos toros y sus ganaderos, representan el más bajo escalón de la dignidad de su especie.
Genios como Enrique Ponce y Cayetano han ido más allá y han logrado mejorar el apestoso invento de los veedores o equipo de campo, como lo llaman algunos. Ahora, como si fueran rejoneadores, tienen su propia cuadra de toros, elegidos y modificados a su gusto, para tal corrida. Se acabó el sorteo, el miedo en la habitación del hotel, el pavor a la mano tonta del subalterno gafe, adiós a la incertidumbre de ver y conocer lo que sale por chiqueros. Es cómo si el general Maximus, en Gladiator, se llevara las fieras contra las que luchaba en el Circo desde el feudo de un amigo. Pues esta patraña es la que pretenden vendernos aquellos que hace dias decían en ABC que `el toro de ahora es más bravo que nunca´.
El caso, es que tras baile de corrales, procesiones de camiones cargados de toros de no se cuantas ganaderías, parches y más parches y movimientos sospechosos propios de un cartel de la droga de Cali, la autoridad competente decide suspender la corrida por falta de toros. Aunque también podría haber hecho lo mismo por falta de vergüenza. Hizo cumplir el Reglamento coherentemente. Punto.
Sé que hay un chaval fastidiado en el día más importante de su vida. Casi tantos autobuses cargados de gente como camiones cargados de novillotes se han quedado compuestos y sin novia. Dos mil entradas vendidas anticipadamente. También he escuchado por ahí, ¡lo que hay que oir!, que no hay derecho a suspender así pues han fastidiado el Viernes Santos a mayorales y trabajadores de estas ganaderías. Lo siento por (casi) todos, pero que nadie se eche las manos a la cabeza, de vez en cuando estos mangoneos le salen mal a las figuritas y acaba todo como el rosario de la Aurora. Y es que como bien dice el refranero popular: el que se acuesta con niños, mojado se levanta.
Para acabar, dos cosas: Primera: tri-felicitar, como diría Laporta, al señor Tomás Martínez, cabal donde los haya, por su magnífica decisión. Y segunda: a pesar de que esto es un simple blog que no lee casi nadie, sin repercusión suficiente como para poner en entredicho a los dos gigantes de la información taurina en la red, quiero expresar la vergüenza, asco y repulsión que me produce la Editorial de Mundotoro, en donde al señor Martínez se le llama bandolero, vándalo y demás por hacer cumplir el reglamento. La cosa adquiere un cariz más impresentable aún cuando se pone como ejemplo de presidencia coherente a la lideresa de La Malagueta, de la que mis amigos de Malaka Taurina pueden dar un discurso de tres años de duración sobre la ignorancia e indocumentación de la señora Romero.