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A vueltas...

Publicado el 28 septiembre 2010 por Anarod
... con Feijoo.
Porque aunque lo releo con asiduidad (y de ello ya quedó testimonio en este Blog), siempre acabo encontrando párrafos muy del momento.
Este fin de semana me sumergí en las Cartas eruditas (ya les dije a los alumnos que el título no me parecía afortunado), y este fragmento de "Ingrata habitación de la corte" (Tomo III, Carta XXV), además del acierto en sus retratos y análisis de ciertos personajillos (los pretendientes: no los amorosos, ¡ojo!), me parece que contiene una reflexión muy válida para la temporadita que se nos avecina a los sufrientes votantes.
A  VUELTAS...
Y es que llevaba semanitas (desde el forzado ocio estival) rumiando si hacer o no una entrada sobre el affaire que se está viviendo/presenciando en Madrid a raíz de las primarias.
Y a raíz de ciertas fotos.
Fui aplazándolo en la confianza o esperanza de que Millás nos glose alguna de ellas en su estupenda sección de El País Semanal.
En fin, el caso es que todo eso estaba depositado en la turbiedad de mi inconsciente cuando, héte aquí, que no fue un romántico sino otro moderno del XVIII quien me prestó las palabras:
A  VUELTAS...
Contextualizo (sintéticamente) la cita.
Como acostumbra, personalizando su Discurso (y apelando a la experiencia o a la observación directa), Feijoo habla brevemente de su paso por la Corte (Madrid) y de porqué prefiere su retiro en provincias, remozando (léase envenenando, con la crítica) el clásico tópico de "menosprecio de corte y alabanza de aldea", que queda muy lejos de idilios bucólicos. Y en ese realismo o microscopia (verdad, la llamaría él) preserva su palabra.
Cito:
Y nadie podrá negarme que donde concurre una multitud de pretendientes concurre una copiosa turba de hipócritas. ¿Qué es un pretendiente sino un hombre que está pensando siempre en figurarse a los demás hombres distinto de lo que es? ¿Qué es sino un farsante, dispuesto a representar en todo tiempo el personaje que más le convenga? ¿Qué es sino un Proteo que muda de apariencias según le persuaden las oportunidades? ¿Qué es sino un camaleón que alterna los colores como alternan como alternan los aires? ¿Qué es sino un ostentador de virtudes y encubridor de vicios? ¿Qué es sino un hombre que está pensando siempre en engañar a otros hombres? Es verdad que son muchos los que le pagan en la misma moneda; esto es aquellos mismo que busca como arquitectos de su fortuna. Él miente virtudes y a él le mienten favores. Él va a engañar con adulaciones y a él le engañan con esperanzas.
Pero de quienes se hallan al fin más burlados los pretendientes no es de los que mandan, sino de ciertos faranduleros que hay en las cortes, de quienes creen que tieen introducción con los que mandan. Estos son unos vilísimos estafadores, hambrientas arpías, sedientas sanguijuelas que a los pobres incautos que de las provincias acuden allí a sus pretensiones, a poco que se descuiden les chupan hasta la última gota de sangre..
Este parrafito me parece una verdadera joya. Me abstengo de glosarlo por respeto a la inteligencia de los lectores, si bien me permito recomendar la recuperación de ciertos términos (calificativos o sustantivos).Pero no acaba aquí Feijoo. Sigue:
Mas todo lo dicho no es nada en comparación con lo que pasa entre los mismos pretendientes, sobre el desempeño de desembarazarse los unos de los otros.
Y qué serálo que pasa entre los mismos pretendientes, sobre el desempeño de desembarazarse los unos de los otros. Pues nos lo cuenta a continuación el bendito Padre Feijoo al hablar de "las expresiones fingidas":
Mucho tiempo ha tengo observado que una de las más comunes simplezas de los hombres es tener a los demás por simples.
¡Ah!, mi viejojoven Feijoo.
A  VUELTAS...¡Y mi querida Carmen Martín Gaite, que, editándolocomo es debido, nos quitó (a una generación, o más) el miedo a lo gris.Y sin embargo, sin embargo...No parece haber edit@r actual decidid@ a rescatar el impagable tomito de Alianza.

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