Revista Opinión
Hace cuatro años, los dos partidos grandes celebraron un debate económico con sus dos futuribles ministros de economía. Manuel Pizarro el fichaje galáctico del PP que quería desbancar al veterano ministro socialista Pedro Solbes. Todavía no había estallado la burbuja financiera y sin embargo hablábamos de economía. Hasta se celebraban debates monográficos sobre los mercados. Esta vez, uno de temática general y gracias. Hoy ninguno de los dos candidatos se ofrece públicamente a poner rostro al ministro de economía. Tan mal están las cosas que ninguno se atreve a que les quiten minutos de propaganda televisiva. Quizás es que no quieren que se les vea la orientación de su pluma económica. Para el líder de CIU, Duran i Lleida, con ayuda psicológica o con electroshock se puede cambiar su orientación sexual y según explicó a Vanity Fair, estas personas tienen todo el derecho del mundo a dejar de ser raritas y a curarse. Volviendo al tema puramente económico, la respuesta de Rubalcaba en los ´Los desayunos de TVE` es que cree que todavía no es el momento conveniente, que la ciudadanía todavía no se la ha pedido. Pues bien no entiendo para qué sirve la campaña electoral, si no es conveniente, entre otras cosas, saber quién debe reflotar una economía maltrecha, crear empleo, organizar unos presupuestos sin recortes sociales y poner en orden el Banco de España. Porque que yo sepa, ni Rajoy ni Rubalcaba han sido premio Nobel de economía. Quizás es porque como en España abundan los empleos precarios quieren rebajar sus currículos. O uno ya ha arrojado la toalla y no piensa más allá de las elecciones generales del 20 de noviembre; o el otro lo ve ganado independientemente de lo que haga y diga. Parece que todavía la burbuja política no ha acabado de estallar. ¿O estallará el 20N?