Revista Sociedad

Aaron Swartz

Por Espinete2005 @espinete2005
Hay nombres que uno conoce demasiado tarde. No es mi intención escribir una (ninguna) entrada ideológica, pero parece que defender el acceso a documentos de forma gratuita representa un problema, no solo político.

(Vía Boing Boing)
He estudiado durante toda mi vida en una universidad pública, entendiendo que los recursos que se ponían a mi alcance tenían origen en todos aquellos que pagan sus impuestos. Quizás esto me llevó a establecer una relación entre el origen de mi trabajo y, en el fondo, su propiedad. Todo lo que he creado durante este tiempo es libre, puede ser descargado, compartido y reutilizado. Y seguirá siéndolo, aunque algunos puedan considerarlo algo infantil, descuidado o una estupidez desde el punto de vista económico. Es una cuestión de valores. Sólo pido a cambio una cita. Ni siquiera enlace. Citar a fin de cuentas, significa reconocer que uno no lo sabe todo y que compartir también forma parte de esto que llaman internet, una herramienta creada para decir "Hello world". 
Aaron Swartz participó en el desarrollo de RSS (para obtener contenido actualizado de una cadena de contenidos) con 14 años, colaboró en el desarrollo de Reddit (organizador de enlaces en función de su popularidad), Watchdog, Jottit y Open Library. Desarrolló Web,py y creó Infogami. Además, participó en el lanzamiento de Creative Commons y formó parte del W3C (World Wide Web Consortium), el organismo internacional encargado de velar por la compatibilidad y estandarización de lenguajes y formatos para hacer la web accesible a cualquier persona desde cualquier dispositivo. 
Después, fue capaz de descargar millones de archivos de bases de datos científicas y jurídicas de pago y ponerlas a disposición del mundo. JSTOR (publicación científica) y PACER (Public Access to Court Electronic Records), con sentencias judiciales. Peleó por la neutralidad de la red y el derecho a compartir archivos sin correr riesgo de ir a la cárcel y creó Demand Progress. 
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Aaron hablando en una concentración anti-SOPA en Nueva York, 18 de enero de 2012. 
(Vía Demand Progress)
Tenía la sentencia de un juicio pendiente, por lo de hacer públicas cosas de pago y tal, aunque fueran cosas como Ciencia y Justicia, conocimiento o seguridad. En concreto, hasta 35 años de cárcel y una multa de un millón de dólares. Según su amigo, Cory Doctorow, también llevaba un tiempo arrastrando una depresión. 
A continuación, copio y pego el Manifiesto de la Guerrilla Open Access (traducida por Soy del Bierzo):
"La información es poder. Pero como todo poder, hay quienes quieren mantenerlo para ellos mismos. La herencia científica y cultural del mundo entero, publicada durante siglos en libros y revistas, está siendo digitalizada y bloqueado su acceso por un puñado de empresas privadas. ¿Quieres leer los documentos que muestran los resultados más famosos de la ciencia? Deberás enviar grandes cantidades [de dinero] a editoriales como Reed Elsevier. 
Están aquellos que luchan para cambiar esta situación. El Movimiento Open Access ha luchado valientemente para garantizar que los científicos no pierdan sus derechos de autor, sino que, en vez de eso, asegurar que su trabajo sea publicado en internet, bajo términos que permiten el acceso a todo el mundo. Pero, incluso en el mejor de los escenarios, esto solo se aplicará lo que publiquen en el futuro. Todo lo anterior a ahora se habrá perdido. 
Eso es un precio muy alto a pagar. ¿Obligar a los investigadores a pagar para leer el trabajo de sus colegas? ¿Escanear bibliotecas enteras pero solo permitiendo que sea leído por el personal de Google? ¿Facilitar artículos científicos a aquellos que están en universidades de élite del Primer Mundo, pero no para los niños en el Cono Sur? Esto es escandaloso e inaceptable.
“Estoy de acuerdo”, dicen muchos, “Pero… ¿Qué podemos hacer? Las empresas que tienen los derechos de autor generan una gran cantidad de dinero cobrando por el acceso, y es perfectamente legal – no hay nada que podamos hacer para detenerlos.” Pero hay algo que podemos hacer, algo que ya se está haciendo: podemos contraatacar. 
Aquellos con acceso a esos recursos – estudiantes, bibliotecarios, científicos – se os ha concedido un privilegio. Tiene la oportunidad de alimentarte en este banquete de conocimiento, mientras el resto del mundo se queda fuera. Pero no necesitáis  – de hecho, moralmente, no debéis – mantener este privilegio para ustedes mismos. Tenéis el deber de compartirlo con el mundo. Tenéis: intercambiar contraseñas con colegas de profesión, realizar las peticiones de descarga de amigos.
Mientras tanto, los que se han quedado fuera no están de brazos cruzados. Os habéis estado infiltrando por los agujeros y saltando vallas, liberando la información bloqueada y compartiéndola con amigos. 
Pero toda esta acción sucede en el oscuro y oculto mundo “underground”. Se le llama robo o piratería, como si compartir esta riqueza de conocimiento fuese el equivalente moral de saquear un barco y asesinar a su tripulación. Pero compartir no es inmoral – es un imperativo moral. Solo aquellos cegados por la codicia rehusarían dejar a un amigo hacerse una copia.
La grandes corporaciones, por supuesto, están cegadas por la codicia. Las leyes bajo las que operan así lo requieren – sus accionistas se rebelarían por ganar menos. Y los políticos a los que han sobornado, aprobando leyes que les conceden el poder exclusivo de decidir quien puede hacer copias. 
No hay justicia en acatar leyes injustas. Es hora de salir a la luz y, en la gran tradición de la desobediencia civil, mostrar nuestra oposición a este robo privado de la cultura pública.
Debemos obtener la información, donde quiera que esté almacenada, hacer nuestras copias y compartirla con el mundo. Debemos recopilar material que no tenga derechos de autor y añadirlo al archivo. Debemos comprar bases de datos secretas y colgarlas en la Web. Debemos descargarnos publicaciones científicas y subirlas a las redes de intercambio de archivos. Debemos luchar por la Guerrilla Open Access. 
Si somos los suficientes, alrededor del mundo, no solo vamos a mandar un fuerte mensaje de oposición a la privatización del conocimiento – vamos a convertirlo en algo del pasado. ¿Te nos unes? 
Aaron Swartz 
Julio 2008, Eremo, Italia"

Me retiro a reflexionar, todavía con la frase de su amigo Cory en la cabeza, 
Living people can change things, dead people cannot.
Hay cosas que el tiempo sólo puede llevar a cabo, y una sociedad con la información que sale de las instituciones públicas esté disponible en línea gratuitamente es posible, justa con los inversores del capital que la ha producido y necesaria. Internet es un océano de información, es cuestión de tiempo que la información pública llegue a nuestras costas.
Gracias por el RSS, por Open Library y por Creative Commons. Aaron, no sé qué habría hecho sin ti.
http://losupeencuantotevi.blogspot.com

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