Abandonar la pasividad

   La pasividad es una sentimiento que nos imposibilita, es una estado de dejadez total donde creemos que el mundo, el universo, los otros o quien sabe quien solucionará nuestros problemas. La persona que está sumida en una inacción no hace nada por cambiar su vida e incluso cree que por más que haga su situación actual nunca cambiará. Estos pensamientos erróneos se lo provoca la misma pasividad ya que el sujeto se encuentra dentro de un círculo vicioso como el siguiente:

   La persona no hace nada y se siente inútil, esto le hace sentirse triste y esto, por último hace que no le apetezca hacer nada y así sucesivamente.
La pasividad está muy relacionada con la depresión o con estados depresivos, es decir, puede ser una consecuencia de la depresión o provocarnos los síntomas típicos de este trastorno.
  
   Es importantísimo mantenerse activo, una mente en acción genera situaciones nuevas, si no nos movemos nos encontraremos en el mismo lugar dentro de unos años. Si queremos sentirnos mejor y ser más felices hay que abandonar la pasividad. Es la única manera de cambiar aquellos aspectos de nuestra vida que no nos gustan.
   Hay una serie de pensamientos que nos provocan apatía, como el exceso de culpa, el miedo al rechazo, el miedo al fracaso, la frustación. Para el que la padece, es cierto, que le es muy difícil hacer frente a los problemas o necesidades con la actitud adecuada que el día a día requiere, sin embargo, el tratamiento es bastante efectivo. Hay que trabajar programando actividades graduales, detectar los pensamientos que le provocan la inercia y la evitación; y comprobar su grado de realidad y enseñarle a solucionar los problemas.
   Adios pasividad!!!