Sin embargo, a finales de julio, otro titular nos permitió conocer un poco más en qué consiste el negocio de los peajes y ser conscientes de lo lucrativo que puede llegar a ser.
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Según se desprende del artículo -y dejando ya de un lado las polémicas en cuanto a las autopistas supuestamente amortizadas que siguen siendo de pago- parece que Abertis reclama una compensación por la caída de tráfico de las autopistas que gestiona debido al mayor uso de vías paralelas. El tramo principalmente afectado es la autopista AP-7 desde la Jonquera a Alicante (cruzando la totalidad del territorio catalán).
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Por lo que se desprende de la noticia anterior, las discrepancias entre el Gobierno y Abertis se remontan, por lo menos, a comienzos del 2015 y, ante la falta de entendimiento, la compañía participada por "La Caixa" ha decidido acudir a la Administración de Justicia.
¿En qué se basa la reclamación actual? Según se indica, del contrato de concesión se desprende una garantía de tráfico expresamente pactada. Es decir, que si gran parte de los conductores deciden (debido a la crisis, por ejemplo) utilizar vías alternativas a sus autopistas, Abertis debe obtener una compensación. En otras palabras, si circulan coches por sus autopistas obtiene ingresos por el pago de los peajes y -en caso de que la justicia le dé la razón- si no circulan coches, también los tendrán (vía compensación estatal).
De esta situación se desprende que ya no cabe duda de que el tema de los peajes debe quedar a un lado de las trifulcas políticas y sociales entre Catalunya y el Estado español. Según parece, a la Generalitat de Catalunya también se le reclama otra compensación, aunque de menor cuantía.
¿Qué ha cambiado desde hace un año cuando Abertis predicaba la búsqueda del entendimiento?
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¿El cambio de presidencia? ¿Una reconsideración del impacto en la cuenta de resultados? ¿Establecer un nuevo escenario de cara a la negociación de futuras concesiones? Lo únicamente claro es que esto supone un giro de 180 grados. Recordemos que, cuando (ante la situación de varias concesionarias) el Gobierno se planteó la constitución de una empresa pública con las vías en problemas (suena a "banco malo", quizás?) el entonces presidente de Abertis pareció verlo con buenos ojos y manifestó "Pero eso no quiere decir que al final los beneficios se los lleve el sector privado y se socialicen las pérdidas", al igual que "No se trata de trasladar las pérdidas de un sitio a otro. Aquí, que cada palo aguante su vela". En cualquier caso, queda claro que -tras la falta de rescate de las concesionarias- el discurso ha cambiado completamente.
Visto lo visto, estimado lector, cuando durante estas vacaciones se plantee el ir o no ir por autopista, casi mejor que se decante por lo primero y pague peaje... puesto que -de ganar Abertis- acabará pagando de todos modos aunque sea como contribuyente. Aunque bien es cierto que ello no le garantizaría acabar pagando por partida doble.
Cabe destacar que una victoria de Abertis debería abrir un debate acerca de la la existencia o no de competencia puesto que se daría una situación de monopolio. Como planteábamos al comienzo, si los ingresos vienen (directa o indirectamente) tanto si los vehículos deciden o no circular por sus vías, ¿qué competencia tienen realmente las concesionarias? Ya no se trataría sólo de que tengan la concesión en exclusiva para construir y explotar una autopista sino que ya no les podría suponer un mínimo de competencia ni las vías paralelas de segundo orden. ¿Beneficia esto a la ciudadanía? ¿Qué interés tendrían las concesionarias para velar por la calidad de sus vías? O, peor aún, ¿qué interés tendrían el Estado y las CCAA para invertir en vías secundarias o alternativas si después eso les puede suponer el tener que atender las reclamaciones de las concesionarias?
Aún siendo conscientes del alto coste de la construcción de una autopista, quizás se deberían considerar dos aspectos:
(i) Si la autopista está o no amortizada.
(ii) El grado de "protección" que debe tener la concesionaria, independientemente del punto anterior. ¿Realmente debe ser total, de forma que ni las vías de segundo orden puedan hacerles sombra?A partir de aquí... el debate está abierto y la cuestión se reduce a si, tras el rescate a la Banca, en el futuro se va a dar -justificadamente o no- un rescate a las concesionarias. De darse éste, en preciso caso, incluso también se podría recordar nuevamente el dicho "la Banca siempre gana".
En definitiva, parece que la relación Gobierno y Abertis no pasa por su mejor momento, especialmente si tenemos en cuenta otra reclamación ya presentada por su participada (también recogida en "El Confidencial") en el ámbito de las comunicaciones. El obtener respuesta positiva en ambas reclamaciones supondría un buen empujón a su cuenta de resultados.
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Por último, animamos a los lectores que busquen más noticias referentes a la decisión tomada por Abertis -y que ha dado lugar a este post- y juzguen sobre la difusión que ésta ha tenido en los medios de comunicación.
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"De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero."Benjamin Franklin