La masonería tiene grandes paradojas que se han convertido en problemas, los cuales viene arrastrando durante décadas, sin que por otra parte se «quiera» afrontar su solución de cara al futuro más inmediato.
Por un lado tiene el problema de la Vejez de la Membresía Masónica, tanto en USA en las, Islas Británicas, como en el Continente, la media de edad de los miembros que integran los cuerpos masónicos, desde las logias Azules a los distintos estamentos que conforman los Altos Grados, se puede decir que a edad de los miembros que ocupan las columnas es escandalosamente alta, al menos desde la perspectiva del siglo XXI. Digamos que falta renovación generacional.
Pero no es de esto de lo que quería hablarles, sino de otro problema que viene dando desde hace mucho tiempo en las distintas «masonerías», de uno y otro signo (regulares o liberales», se trata del «absentismo masónico»; si ya en lo laboral es todo un problema, en el seno de la institución masónica, es una problemática que puede hacer inútil la existencia de una logia.
Y no es un tema de esta o aquella logia, sino que afecta también a las grandes estructuras masónicas, en cuyo seno importantes analistas como Michel Zufferey de la Logia Evolutia de la Gran Logia Alpina, reflexiona sobre dichas cuestiones, al igual que Philippe Liernard que nos propone a través de su libro Qué hacemos los masones en logia. pues un cierto acercamiento al tema
Esta costumbre o practica habitual (absentismo) de no presentarse a la «obligación» voluntariamente contraída por los miembros que «devienen en masones aceptados» y como tal les es comunicado de antemano que deben dedicar unas horas a los trabajos masónicos, lo cual se firma a modo de compromiso, comprometiéndose en logia cumplir tales obligaciones.
Digamos que las cláusulas y su redacción o las fórmulas a cerca de la realización de tal compromiso, tienen diversos modos y modelos, según Obediencias, según ritos, etc.
Y aquí está la paradoja, que un compromiso voluntario y firmemente contraído,con promesas publicas y personales y rubricadas ante la asamblea de masones, se encuentre de frente al cabo de un tiempo con el absentismo masónico.
Pero pese a los compromisos y promesas, al final en la logia termina dándose todo una retahíla de «excusas presentadas, o ausencias no comunicadas« que se hacen muy visibles a la hora de pasar lista a los miembros presentes en la tenida, poniendo en ocasiones en peligro la realización de estas por la falta de quorun.
Este absentismo masónico viene a mi juicio de la mano de varias cuestiones y situaciones:Profanos que devienen en masones, y que dadas sus múltiples ocupaciones ya saben de antemano que pese a sus deseos y buenos augurios, de antemano se puede oler que son Hermanos que volverán por «pascua florida» a la logia.
Por otro lado los hay que desde un principio a modo de Saulo, se toman esto de la masonería como la última cruzada, y tras unos meses de fervor masónico, como «a misa», su fe masónica se resquebraja por las más variopintas razones:
- No sintoniza con el grupo.
- No se levita, o se levita en demasía.
- Horarios o calendarios inadecuados, o personalistas que hacen difícil su cumplimiento.
- La «pesadez» de las sesiones o Tenidas.
- Las intervenciones repetitivas, o las planchas desde la tribuna de la soberbia o desde el pedestal del «alter ego», que invitan al abandono.
- Los desengaños pasionales de todo tipo y color. O sea desmotivación.
- La vaguedad en las cuestiones formacionales y de conocimiento.
- El desconocimiento sobre lo que son las «Masonerías» y los Masones.
- La recepción de miembros, que su residencia dista a muchos kilómetros de la logia, y en función de variadas casuísticas estos en su mayoría irán dejando de acudir a los trabajos logiales.
- Los problemas familiares, que no entienden o comprenden la dedicación el ultimo hobby del familiar metido a masón o masona.
- EL secretismo con relación a la membresía masónica en el núcleo familiar.
- Los problema económicos de capitaciones y traslados u otros..
Dese Venerables de Logias, que van a las Tenidas limitándose a desempeñar su cargo «estricto sensu», o quien ha ido confeccionando años tras año, como «alter ego» masónico, el calendario logial en función de sus necesidades, deseos , predisposiciones e inclinaciones u ocupaciones.
Desde Aprendices y Compañeros que ven los funcionamientos, y por aquello del misterio, o no perder esas capitaciones, por lo menos llegar a Maestros Masones, para al menos tener el ribeteado mandil que estos portan, por lo cual las ausencias cada vez son más frecuentes bajo las excusas más peregrinas.
Maestros Masones, que aburridos o asolados por las rutinas logiales, y no queriendo alejarse de la masonería, toman la distancia en base a no asistir a las tenidas, presentando la debida excusa.
Lo último, que he visto en cuanto a esto del «absentismo» es aquel podría ser denominado «absentismo pactado», o sea en el momento del posible acceso a a la condición de masón, se pacta de antemano la asistencia a la logia, o sea una especie de compromiso de asistencias a la «carta», las cuales a veces arrojan paradójicas situaciones dignas de estudios comparativos, sobre los tiempos y los modos.
Tal vez este todo este absentismo en otros lares, como en Francia, donde acudí a muchos trabajos no dejando de ser un problema en si mismo, en muchas de esas logias resulta atajable por circunstancias varias: Obediencias que ya consignan en sus Reglamentos que los futuros miembros de una logia no puede vivir a más de una serie de kilómetros del taller para atajar males mayores, claro está que quien lo hace suelen ser Obediencias grandes, tanto en número y en talleres.
Los talleres franceses, al menos gran parte de los que yo he visitado, son muy grandes en cuanto al número de miembros, que como ya he dicho en su mayoría son de edad madura. La asistencia a las tenidas vienen en parte aseguradas por varias circunstancias, calendarios muy consensuados y realistas, no interfiriendo en las rutinas profesionales o familiares, una membresía que por su edad tienen ya pocas ocupaciones.
Costumbres sociales como el hecho de compartir vehículo para acudir a los talleres, lo cual al final conforma una «comunidad de bienes» desde el mismo momento que salen de casa, lo cual frente al individualismo peninsular pues es todo un hándicap, lo que hace que estos grandes talleres aunque les falte el 50% de sus miembros, apenas si esto les afecta a la hora del trabajo , primero porque hay mucha programación en cuanto a desarrollo del trabajo logial y formativo, y luego porque el grupo presente en el taller casi nunca pone en jaque la celebración de las tenidas, porque es muy grande. Estamos hablando de logias de más de 60 miembros.
En España la cuestión es diferente, y por tanto el absentismo es pertinaz y pone en peligro las tenidas y ello responde a cuestiones como que las logias son muy pequeñas, una media de 20 miembros, con residencias que por lo general están a más de 15 km de la logia, o en grandes ciudades con cierta complejidad en las comunicaciones, o con dificultades de dejar coches en las inmediaciones de los locales de las tenidas, que son todo un motor de la disuasión, la entrada en masonería que a veces se practica «del todo vale» que una vez pasan los entusiasmos primeros, pues la asistencia flojea.
Aquí tienen una tabla de asistencias durante un año de una logia azul, con una membresía de entre 22 y 25 miembros, cuando por otro lado se supera esa cifra de los 25 miembros , es que ha asistido otros miembros masones a modo de «Visitantes».
TENIDAS 1ª 2ª 3ª 4ª 5ª 6ª 7ª 8ª 9ª 10ª 11ª 12ª 13ª 14ª 15ª 16ª 17ª
Asistentes 10 12 13 14 16 15 16 9 16 14 14 15 11 11 14 13 10
Disculpados 6 6 5 5 4 6 4 7 2 7 7 8 10 10 6 6 10
No disculpados 5 3 4 4 3 3 4 6 5 4 3 4 4 4 4 5 5
Si a estos números pusiéramos los grados, y damos por sentado que nunca falta a la reunión el cuadro principal de los oficiales del cuadro, tendríamos una radiografía importante del acontecer de una logia, cuya radiografía no siempre tienen o quieren tener las Obediencias, para no entrar en procesos inquisitoriales, pero los cuales no dejan de ser el detonante de una situación que nos puede depara situaciones no deseables.
A la vista de la tabla se pueden hacer las medias de asistencia, y se pueden hacer cábalas acerca de los problemas existentes para un desenvolvimiento cotidiano de una logia que precisa de 7 Maestros Masones para abrir trabajos de una forma «regular»., y esta es una realidad que nos guste o las queramos reconocer o no se da en muchos talleres españoles, con más o menos variantes , y circunstancias.
Una aproximación critica es la falta de consolidación formativa, pues se tiene pases a grado con la mitad de las asistencias de un curso masónico, en tres cursos masónicos: Maestro Masón, y a veces con algo más de la mitad de las tenidas realizadas, al final el desánimo.
En el caso de España, creo que hay tres factores que influyen en dicha situación, amén claro está de otras muchas causas ya apuntadas, como son la «juventud» que se asocia a la masonería, sobre todo a la « masonería liberal» esta sueles presentar un perfil más joven entre sus miembros, y por tanto si bien tiene mucha independencia, también tienen muchos compromisos y dedicaciones, y al final en la cadena de los compromisos, la masonería pasa a un segundo plano en función de algunas de las consideraciones antes apuntadas.
E influye también, como no, los procesos de Ingreso a la masonería, en general en España muy rápidos y sin medir o calibrar mucho a los pretendientes, tanto es así que entran con bastante facilidad y por tanto como es lógico y bueno , y salen también fácilmente lo que es lógico, pero ya no lo es que lo hagan con tanta asiduidad, tras una primera estancia que a veces no llega ni al grado de Compañero (2º),
Podemos intentar ver cuales son las causas, y un acercamiento rápido nos lleva en primer lugar a que mucho de ellos acontece desde un primer momento en el proceso de entrada, y por tanto influyen las aplomaciones a los candidatos, que en ocasiones no dicen nada más que cortesanas vaguedades para facilita «el todo vale» pues no hay que olvidar de que logia tiene gastos, y son una urgencia en el marchamo de esta y hay que atenderlos, y ello solo es posible admitiendo a los candidatos, pues más allá de circunstanciales momentos, decir que por lo general no son abundantes las peticiones de entrada a la masonería, y por tanto es normal que las cuentas presenten un indeseable déficit, y la forma de remediarlo es «relajando» la entrada a la logia. Al final esto tiene un coste y es el abandono, con el absentismo como un proceso intermedio.
Este sería el diagnostico rápido y grueso , las soluciones pueden ser varias, pero sobre todo las medidas de corrección deben generalistas, rigurosas , congruentes y justas, sensibilizando, impulsando y realizando los compromisos y las responsabilidades, con una debida atención por parte del cuadro de Oficiales a lo que acontece en el seno de la logia para que se constituya un grupo, y este no se logra a base de una tenida al mes, y una cena durante los solsticios.
En fin el absentismo es un mal que acontece en otros muchos nichos de la visa social del hombre, y por ello hay buenos tratados que intentan analizar y dar respuesta a este grave problema que también alcanza a la masonería, la cual como un pequeño macrocosmos debería tomar nota de lo que acontece en otros ámbitos para intentar paliar la situación.
Víctor Guerra.