¿Abstinencia al café?

Todo el mundo, en alguna ocasión, hemos dicho frases como “yo es que sin café no soy persona”, “yo sin café no funciono”, etc. El café es una de las bebidas más frecuentes que toma la gente en el día a día y se ha discutido mucho sobre si el café es bueno o malo para la salud. Pues bien, en este blog no queremos entrar en ese debate, pero si queremos mencionar la “abstinencia a la cafeína” que muchas personas sufren cuando no lo toman o lo dejan de manera brusca.

Pero, ¿qué es la cafeína? La cafeína es una sustancia que estimula el sistema nervioso central, manteniéndonos despiertos y en estado de alerta. Además, afecta al metabolismo y tiene un efecto diurético. La podemos encontrar en el café, en el té, en algunas bebidas energéticas, etc.

¿Y es por la cafeína que el café genera dependencia? El café tiene cafeína, y por ello, sí que se puede generar una dependencia tanto física como psicológica. Existe una dependencia física cuando el cuerpo se acostumbra a la cafeína, pues cada vez necesita más para obtener el mismo efecto que al principio. No obstante, también existe una dependencia psicológica cuando convertimos el consumo de café en un hábito, pues lo convertimos, en cierto modo, en una “necesidad”, y por ello, generar dependencia.

La dependencia al café puede ser más grave o menos, en función del consumo y no se considera una adicción que afecte mucho en la vida diaria de la persona. Sin embargo, dicha dependencia sí puede influir en el síndrome de abstinencia que se puede sufrir como consecuencia de dejar de tomarlo.

El manual diagnóstico DSM-V reconoce que la cafeína puede provocar ciertos problemas como intoxicación por cafeína, abstinencia de cafeína u otros trastornos inducidos por ella. En cuanto a la abstinencia de cafeína, se establecen los siguientes criterios:

Por todo esto, a aquellos que quieran dejar de tomar café o disminuir su consumo, se recomienda:

• Dejar el consumo de café de manera progresiva para que no aparezcan tantos síntomas o malestar. Para ello, puede convenir sustituirlo por té, o por bebidas con niveles menores de cafeína e informarse sobre otras bebidas o alimentos que la puedan contener.
• Beber mucha agua y así estar bien hidratado, para evitar dolores fuertes de cabeza.
• Comer bien.
• Intentar dormir y descansar, durante ese tiempo un poco más de lo habitual.
• Hacer ejercicio, para manejar a ansiedad, el estrés…
• Crear nuevos hábitos.