Quiero que prestéis atención en el verbo "abusar" del título. No planteo si un perro adulto debería relacionarse con otros perros o no, ya que es necesario y natural que así se haga. Pero, ¿no os planteáis si tenemos una obsesión desmedida en que nuestros perros se socialicen con otros perros? ¿Esto nos está llevando a que se deteriore la relación dueño-perro mientras se está en la calle?
Todos estamos de acuerdo en que los cachorros durante su periodo de socialización tienen que tener todas las experiencias distintas que le podamos dar para que se habitúen a ellas y no cojan miedos. El perro adolescente busca su lugar dentro del grupo y necesita tener abundante contacto con perros de todas las edades. Pero, ¿qué pasa con el perro adulto? ¿Es necesario que tenga un contacto tan intenso y continuado con otros perros?
Las horas del día son las que son. Nuestra forma de vida perjudica a nuestros perros urbanitas (es así), pasan largas horas solos y, cuando les sacamos a la calle, queremos que se relacionen con otros perros y que a la vez nos hagan caso (¡lo queremos todo!). El tiempo que estamos en la calle con nuestros perros es limitado y tenemos la responsabilidad de administrarlo de la mejor forma para el beneficio mutuo (dueño y perro).
Con el tiempo limitado que tenemos realizamos cortos paseos hasta algún lugar donde podemos soltar a los perros y dejarles que hagan ejercicio y se relacionen hasta que es hora de volver (¡lo más cómodo!). Creo que es una idea errónea de lo que debemos ofrecer a nuestros perros adultos. Un saludo con otro perro durante 5 segundos también es socialización. Cinco minutos de juego con un perro o perra en un alto en el paseo también es socialización. El simple hecho de cruzarse con otros perros también es socialización.
La idea que planteo es que debemos participar en toda, absolutamente en toda, actividad que realice nuestro perro adulto mientras estemos con él en la calle en el tiempo limitado que tenemos: la relación dueño-perro tiene que ser el eje fundamental del paseo.
Durante el tiempo que estamos en la calle, el paseo, se puede hacer con el perro muchas cosas: puede relacionarse con otros perros y puede relacionarse con el dueño. En mi opinión, un alto porcentaje de ese tiempo deberíamos preocuparnos por fomentar y reforzar el vínculo con nuestro perro. De esta forma, no se oirían tantas exclamaciones del tipo ¡mi perro no me hace caso en la calle! Normal, si el perro ha aprendido que salir a la calle significa olvidarse por completo de la relación con su dueño. No es tanto un problema de adiestramiento en obediencia (que también), sino que es más un deterioro del vínculo con el perro.
¿Qué os parece? ¿La relación dueño-perro mientras se está en la calle se ve perjudicada por el abuso, en mi opinión, de la socialización con otros perros?
Os animo a expresar vuestro parecer en un comentario.
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