Revista Infancia

Acabar con la violencia empieza por ti

Por Aguamarina Maribel Jiménez
Torre Eiffel dibujada por F. en 2009
Ante el horror, el drama, el miedo, la rabia, el dolor que se nos despierta a todos frente a los atentados terroristas que han asolado París, hay algo que podemos hacerpara acabar con la violencia.

Podemos perder el tiempo buscando culpables, señalando con el dedo a los gobiernos o las religiones, o podemos de verdad hacer algo, a mi parecer la única cosa que nos puede salvar, ahora y en el futuro.

El sistema patriarcal: dominadores y dominados

En Occidente vivimos en una cultura patriarcal en la que prevalece un sistema de dominación, esto significa que todo funciona por el poder de unos sobre otros.
Y para imponer cierto poder de unos respecto a otros, la guerra es necesaria.
Los resultados de las guerras son los que van a otorgar el sitio de poder(de jerarquía, de autoridad), pero que una vez conseguido, habrá que luchar para seguir manteniendo, pues en cualquier momento puede ser derrocado.
Es decir, para mantener este sistema de dominación, la guerra debe ser permanente.
Esto es así en la mayoría de culturas del mundo y desde tiempos muy antiguos, como bien has debido estudiar en la asignatura de historia alguna vez (desde la civilización azteca, hasta el Japón de los samuráis o la Alemania nazi).
Y en un mundo en guerra perpetua (o en competencia continua, si queremos usar un eufemismo), siempre van a jugar dos papeles fundamentales: dominadores y dominados, donde obviamente el rol de dominador es mucho más confortable.

¿Cómo se consigue instaurar el sistema de dominación?

Dice Laura Gutman en su libro “Amor o dominación” que instaurar un sistema de dominación es muy sencillo: basta con separar el cuerpo de un recién nacido del cuerpo de su madre.
Todos los seres humanos de absolutamente todas las culturas, razas o etnias, nacemos  con la misma naturaleza amorosa y solidaria.
Un bebé es 100% amor y viene al mundo con plena capacidad para amar. Todos los bebés. Siempre.
¿Qué sucede después? ¿Cómo es posible que cuando ese bebé se convierte en adulto sea capaz de empuñar un arma y asesinar a sangre fría a su prójimo aunque le cueste incluso su propia vida?
No me cabe duda de que algún día ese hombre fue un bebé y también un niño no suficientemente amado.
Y si un niño no es suficientemente amado, amparado, sostenido, mirado, respetado por su madre, por su padre, buscará resguardo y pertenencia en cualquier lugar.
Y ese lugar puede ser una sustancia, alguna otra adicción (incluso al trabajo), una enfermedad, o puede ser un grupo extremista que le ofrezca una ideología, una identidad, que le haga sentir valioso.
Y a cambio de “sentir” ese lugar entrañable que no obtuvo siendo niño, será leal y capaz de hacer lo que sea.
Ahora entenderás por qué digo que la semilla de la violencia está en la calidad de amor que ha recibidouna persona siendo niño.
Y esto es algo que los dominadores saben muy bien, y no hace falta volver atrás en el tiempo a la época espartana, donde se cuenta que los niños eran sometidos a toda clase de abusos y maltratos para convertirlos en fuertes guerreros. Hoy en día también está pasando, de otra forma, más sutil e incluso invisible, pero igualmente efectiva.
Porque la única manera de mantener un sistema de dominación es nutrirlo de guerreros, y la forma más fácil de crear guerreros es desconectando a los bebés del cuerpo, del amor, de sus madres.
De esta manera se perpetúa una rueda interminable en que la mujer que se convierte en madre, al no haber recibido la nutrición materna que necesitaba siendo bebé, queda desconectada, congelada, y no puede ofrecer a su propio hijo la sustancia materna que éste necesita.
Y es que una madre, un padre, no puede dar lo que nunca ha recibido.
A no ser claro está que haga un trabajo profundo de indagación, de autoconocimiento, de darse cuenta de la calidad de amor que ha recibido y tomar la decisión consciente de amar a su hijo/a por encima de todas las cosas.

¿Otro modelo de sociedad es posible?

Rotundamente sí.
Existe un modelo solidario, en el cual la diversidad no implica superioridad o inferioridad de condiciones, en el que no hay modelos jerárquicos y existe la igualdad sexual.
Antes del Patriarcado hay indicios de algunas culturas prepatriarcales (entre siete mil y cuatro mil años antes de Jesucristo), sociedades de agricultores, donde no había guerras, donde los lugares de culto albergaban figuras femeninas y no había signos de diferencias jerárquicas.
Culturas centradas en la armonía entre el mundo animal y el mundo vegetal, sin necesidad de dominar la naturaleza, o unos a otros. Culturas donde el amor era lo cotidiano.
No como en nuestra cultura, donde preservamos la guerra y luego buscamos el amor como algo especial.
Y hoy en día, ¿existe?
El modelo social de los países escandinavos se acerca bastante a este modelo solidario, y deberían ser un ejemplo a seguir para todos.

Entonces...

¿Cómo acabar con la violencia?

Despertando.

Cuestionándonos.
Conociéndonos (nuestras carencias y necesidades emocionales).
Saliendo del surco.
Rompiendo la cadena de desamparos infantiles.
Y esto lo hacemos amando a nuestros hijos, por encima de nuestro propio desamparo, de la rabia y del miedo.
Esa es la manera.
Y amarlos requiere ofrecerles mirada, tiempo, escucha, disponibilidad, respeto, sostén, paciencia, cueste lo que cueste. Es el mejor regalo que les podemos dar, a ellos, para que puedan liberarse de este sistema de dominación-sumisión que nos absorbe, y a nuestra sociedad.
Cuantos más niños amados y respetados haya, más adultos solidarios habrá y por tanto menos guerreros.
Y si siendo honesto/a contigo misma, sientes que no puedes hacerlo porque tú tampoco recibiste esa calidad de maternaje, entonces sé valiente y busca ayuda.
Y lo siento, tenía que escribir algo al respecto, he recibido varias consultas de mamás muy angustiadas ante los atentados en París, yo misma no pude dormir en toda la noche del viernes, y por eso he decidido postponer el artículo que tenía previsto para hoy,  donde te iba a presentar mi nuevo proyecto, para pedirte que ames a tus hijos. Algo mucho más importante.
Y como acto de conciencia y de solidaridad, hoy encendamos todos una vela por París, porque todos somos París. Acabar con la violencia empieza por ti


Fotos de nuestro último viaje a París en 2009 y a donde pensamos volver haciendo intercambio de casa muy pronto.Recuerdos de Paris

Acabar con la violencia empieza por ti
<<Todas las formas de violencia pasivas o activas, concretas o sutiles, se generan a partir de la falta de maternaje, es decir por ausencia de atención, disponibilidad, amor, brazos, empatía, generosidad, paciencia, comprensión, leche materna, cuerpo, mirada y sostén….recibidos –o no- desde el nacimiento y durante toda nuestra infancia. – Laura Gutman>>


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