Acabar con las preocupaciones preocupándonos

Las preocupaciones son pensamientos o imágenes sobre una gran diversidad de temas: la familia, los amigos, el dinero, el trabajo, los estudios, el manejo de la casa, la salud… Estas preocupaciones suelen generar en nosotros inquietud, fatiga, dificultades de concentración o fenómenos tales como “quedarse en blanco”, irritabilidad, tensión muscular, problemas de sueño, etc.

Cuando piensas mucho en tus preocupaciones y no paras de hablar de ellas, estás alimentándoles y haciéndolas crecer.

La hora de las preocupaciones consiste en dedicar un rato para pensar sobre  tus preocupaciones al día.  La técnica de “la hora de las preocupaciones”, se utiliza cuando las preocupaciones o pensamientos están presentes durante gran parte del día. Lo que se recomienda, es buscar una parte del día en la que dediquemos un tiempo determinado a pensar en dichos pensamientos. Es importante que ese tiempo destinado a pensar únicamente en los problemas, no sea el de meterse a la cama, ya que lo que conseguiremos es no conciliar el sueño.

Así, se destinará una parte del día para pensar sólo en esas cosas que le preocupan. El tiempo empleado puede variar en función de las responsabilidades de cada persona; sin embargo, procure que alcance la hora. Durante ese tiempo, podrás pensar sobre todo lo que te preocupe, o incluso compartir esos minutos hablando de ello con algún familiar o amigo/a. En ese tiempo no debe haber ninguna interrupción: ni televisión, ni llamadas de teléfono, ni nadie que interrumpan… Es la hora en la que puedes decir todo lo que quieras sobre tus temores, mientras que estás sola u otros/as se sientan sólo a escucharte y a intentar ayudarte.

Solo hay una norma muy importante sobre la hora de las preocupaciones que es que está prohibido pensar y hablar de las preocupaciones fuera de la “hora de las preocupaciones”.

Cuando aprendes a guardar las preocupaciones hasta la hora adecuada ocurre algo interesante. Al principio es posible que parezca que no vas a poder esperar hasta la hora de las preocupaciones porque tienes muchas cosas en la cabeza y tendrás que hacer un gran esfuerzo para mantenerlas a raya. Es posible que tengas que repetirte muchas veces que tienes que esperar a la “hora de las preocupaciones, pero verás que cuando llega la “hora de las preocupaciones” algunas de ellas han desaparecido y no te acuerdas de lo que tenías que pensar. Algunas preocupaciones que te molestaban desaparecerán si no les prestas atención.

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