Revista Salud y Bienestar
Seguro que esta situación le suena. Usted se presenta en la consulta de su médico de cabecera y, mientras habla con él, el doctor comienza a teclear una página más de su historial médico. Pero ¿se ha preguntado alguna vez qué escribe sobre usted? Éste ha sido el leitmotiv del último reportaje publicado en la revista 'Annals of Internal Medicine'.
Lejos de que esta información pase por ser el 'wikileaks médico', los autores de esta investigación han intentado dar relevancia a un derecho legal de todo paciente: el de consultar cuando quiera su historial clínico. Sin embargo, muchos son los que, quizá por no saber que es un derecho, se quedan con la duda del qué escribirán sobre su salud. Por ello, tres centros médicos de EEUU -el Beth Israel Deaconess Medical Center de Boston (BIDMC), el Geisinger Health System de Pennsylvania y el Harboview Medical Center de Seattle- han puesto en marcha durante un año el llamado 'OpenNote', un proyecto con el que 173 médicos de Atención Primaria dejaban al descubierto las notas médicas de 38.000 pacientes.
Con este plan, el objetivo es que dichos pacientes pudiesen tener acceso a través de internet de aquello que escribía su médico de cabecera tras cada visita. Pero, como en todo, las opiniones tras este año de prueba dependen del ojo con el que se mire.
-¿Entienden lo que escribo?
Aunque en un mundo computerizado ya no exista el problema de la 'letra médica', el mayor contratiempo que señalan todos los médicos que voluntariamente participaron en este proyecto era el de saber si el paciente no se preocuparía en exceso o se confundiría al leer estas notas. El médico de familia del Centro de Salud Rochapea (Pamplona) Juan Simó, explica a ELMUNDO.es estas reticencias: "Cuando escribimos estas notas lo hacemos con terminología médica, ya que están enfocadas a que las podamos revisar nosotros mismos u otro médicos", comenta. "Esto lo hacemos así porque suele servir para uso interno y así somos más precisos que cuando tenemos que explicar de forma no especializada a la persona qué es lo que le pasa".
Así, aunque la idea le parece buena, no cree que el camino sea sencillo. "Si se implantara esto en España sería bueno pero a largo plazo", confiesa el doctor Simó. "Ayudaría a mejorar la comunicación médico-paciente tratándole de tú a tú en vez que de forma más 'paternalista'", añade. Sin embargo, y como los médicos estadounidenses que han participado en el estudio, a corto plazo puede traer más inconvenientes que beneficios.
"Es un tema delicado ya que, por poner un ejemplo, si sospecho que uno de mis pacientes puede desarrollar un cáncer pero todavía se necesitan hacer más pruebas, al llegar a su casa y ver escrito de forma técnica que hay dichas sospechas, se puede asustar más. Esta situación no es la ideal. Por otra parte hay que saber si se tendría acceso a todo el historial. Hay una parte que no pueden ver ni pacientes ni otros médicos y suelen ser nuestras opiniones subjetivas", explica el doctor Simó.
Pero hay más. Tanto los médicos que decidieron participar en el proyecto, como los que se negaron afirmaron que, de hacerse obligatoria esta medida, se demoraría la atención a cada paciente que pidiese explicaciones ante los términos clínicos y, al final, esta información perdería rigor al ser escrita con menos franqueza, asegura en su estudio Jan Walker, miembro de Medicina General y Atención Primaria del BIDMC.
-Veamos qué pone
Sin embargo, la otra cara de la opinión está en los pacientes. "El 90% de los que participaron en el estudio se muestra favorable a esta disponibilidad sobre lo que escriben sus médicos", asegura el doctor Walker. "Es más, otro 90% piensa que mejoraría la atención recibida y cuatro de cada cinco pacientes cree que ayudarían a cuidarse mejor a sí mismos", añade.
"Esto no tiene nada que ver con la atención", comenta el doctor Simó. "No depende de la visibilidad de las notas, es más, realmente sólo el 10% de lo que se escribimos y conforma el historial clínico es realmente valioso, lo demás son pruebas concretas, datos sobre cómo se encuentra el paciente en una fecha concreta, pero que puede variar completamente al día siguiente y muchas repeticiones. En lo que puede ayudar realmente es que el paciente se involucre más en la realidad de su estado", comenta.
Pero parece que para los que tienen que visitar a su médico esto ya sería todo un paso. Así se desprende de las declaraciones recogidas de muchos de los pacientes: "Dejamos todo a los médicos y creo que teniendo acceso a estas notas podemos tomar un poco más de control. Esto es importante", asegura uno de los participantes.
Ahora, finalizado el año para desarrollar el proyecto, todavía quedan muchos interrogantes en el aire: ¿Cuánta gente y cuántas veces visitaron sus resultados? ¿Ha influido en algo? "En mi caso, cuando alguien viene a la consulta y yo me pongo a escribir, lo hago dirigiendo la pantalla del ordenador hacia esa persona para que lea lo que quiera. Sin embargo, la realidad es que poco les importa y son muy pocos y sólo por motivos burocráticos los que se interesan por lo que escribes. Lo que le importa a un paciente de verdad son las pruebas y lo que el médico les dice", señala el doctor Simó.
**Publicado en "EL MUNDO"
Lejos de que esta información pase por ser el 'wikileaks médico', los autores de esta investigación han intentado dar relevancia a un derecho legal de todo paciente: el de consultar cuando quiera su historial clínico. Sin embargo, muchos son los que, quizá por no saber que es un derecho, se quedan con la duda del qué escribirán sobre su salud. Por ello, tres centros médicos de EEUU -el Beth Israel Deaconess Medical Center de Boston (BIDMC), el Geisinger Health System de Pennsylvania y el Harboview Medical Center de Seattle- han puesto en marcha durante un año el llamado 'OpenNote', un proyecto con el que 173 médicos de Atención Primaria dejaban al descubierto las notas médicas de 38.000 pacientes.
Con este plan, el objetivo es que dichos pacientes pudiesen tener acceso a través de internet de aquello que escribía su médico de cabecera tras cada visita. Pero, como en todo, las opiniones tras este año de prueba dependen del ojo con el que se mire.
-¿Entienden lo que escribo?
Aunque en un mundo computerizado ya no exista el problema de la 'letra médica', el mayor contratiempo que señalan todos los médicos que voluntariamente participaron en este proyecto era el de saber si el paciente no se preocuparía en exceso o se confundiría al leer estas notas. El médico de familia del Centro de Salud Rochapea (Pamplona) Juan Simó, explica a ELMUNDO.es estas reticencias: "Cuando escribimos estas notas lo hacemos con terminología médica, ya que están enfocadas a que las podamos revisar nosotros mismos u otro médicos", comenta. "Esto lo hacemos así porque suele servir para uso interno y así somos más precisos que cuando tenemos que explicar de forma no especializada a la persona qué es lo que le pasa".
Así, aunque la idea le parece buena, no cree que el camino sea sencillo. "Si se implantara esto en España sería bueno pero a largo plazo", confiesa el doctor Simó. "Ayudaría a mejorar la comunicación médico-paciente tratándole de tú a tú en vez que de forma más 'paternalista'", añade. Sin embargo, y como los médicos estadounidenses que han participado en el estudio, a corto plazo puede traer más inconvenientes que beneficios.
"Es un tema delicado ya que, por poner un ejemplo, si sospecho que uno de mis pacientes puede desarrollar un cáncer pero todavía se necesitan hacer más pruebas, al llegar a su casa y ver escrito de forma técnica que hay dichas sospechas, se puede asustar más. Esta situación no es la ideal. Por otra parte hay que saber si se tendría acceso a todo el historial. Hay una parte que no pueden ver ni pacientes ni otros médicos y suelen ser nuestras opiniones subjetivas", explica el doctor Simó.
Pero hay más. Tanto los médicos que decidieron participar en el proyecto, como los que se negaron afirmaron que, de hacerse obligatoria esta medida, se demoraría la atención a cada paciente que pidiese explicaciones ante los términos clínicos y, al final, esta información perdería rigor al ser escrita con menos franqueza, asegura en su estudio Jan Walker, miembro de Medicina General y Atención Primaria del BIDMC.
-Veamos qué pone
Sin embargo, la otra cara de la opinión está en los pacientes. "El 90% de los que participaron en el estudio se muestra favorable a esta disponibilidad sobre lo que escriben sus médicos", asegura el doctor Walker. "Es más, otro 90% piensa que mejoraría la atención recibida y cuatro de cada cinco pacientes cree que ayudarían a cuidarse mejor a sí mismos", añade.
"Esto no tiene nada que ver con la atención", comenta el doctor Simó. "No depende de la visibilidad de las notas, es más, realmente sólo el 10% de lo que se escribimos y conforma el historial clínico es realmente valioso, lo demás son pruebas concretas, datos sobre cómo se encuentra el paciente en una fecha concreta, pero que puede variar completamente al día siguiente y muchas repeticiones. En lo que puede ayudar realmente es que el paciente se involucre más en la realidad de su estado", comenta.
Pero parece que para los que tienen que visitar a su médico esto ya sería todo un paso. Así se desprende de las declaraciones recogidas de muchos de los pacientes: "Dejamos todo a los médicos y creo que teniendo acceso a estas notas podemos tomar un poco más de control. Esto es importante", asegura uno de los participantes.
Ahora, finalizado el año para desarrollar el proyecto, todavía quedan muchos interrogantes en el aire: ¿Cuánta gente y cuántas veces visitaron sus resultados? ¿Ha influido en algo? "En mi caso, cuando alguien viene a la consulta y yo me pongo a escribir, lo hago dirigiendo la pantalla del ordenador hacia esa persona para que lea lo que quiera. Sin embargo, la realidad es que poco les importa y son muy pocos y sólo por motivos burocráticos los que se interesan por lo que escribes. Lo que le importa a un paciente de verdad son las pruebas y lo que el médico les dice", señala el doctor Simó.
**Publicado en "EL MUNDO"
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