Empezaré por el peor y más trágico de los accidentes, el de Germanwings. No es extraño que se hagan tantas preguntas, porque el accidente es difícil de entender.
A los pocos minutos de haber alcanzado la altura de crucero, donde debía mantenerse hasta iniciar el descenso hacia Dusseldorf, el avión inicia un rápido descenso, aparentemente controlado, y en ocho minutos se estrella contra los Alpes. A su vez el avión no responde a la zona de control aéreo. Esto solo puede haber ocurrido por un atentado, que no parece el caso, o porque los pilotos estén inconscientes, porque yo no me creo que, por más liados o despistados que estén, no contesten en 8 minutos. El estado de los pilotos puede ser causado por una despresurización explosiva, que no solo es instantánea sino provocando una diferencia de presión muy elevada, lo que puede causar la inconsciencia de todo el pasaje, pilotos incluidos. Como que hasta el momento han encontrado al menos una caja negra, espero que sepamos pronto las causas del accidente, pero en cualquier caso, si se trata de un fallo técnico, será sin duda un caso desgraciado porque las posibilidades de un fallo de este tipo son extremadamente bajas, aunque también es cierto que el riesgo nulo no existe y desgraciadamente 150 personas habrán perdido la vida por un infortunio.
Siento lo que voy a decir porque soy europeo, pero, aunque ambos sean aviones muy seguros y de fiabilidad más que contrastada, me siento ligeramente más seguro en un Boeing 737 que en un Airbus 320. La razón no es otra que Airbus fue el primer constructor que hizo un uso exhaustivo de los automatismos, la informática y el “Fly by Wire” que se puede traducir como pilotaje automático, un sistema que no es el piloto automático, en el que el piloto puede ponerse a leer el periódico, sino que en vez de pilotar el avión con los mandos manuales, a través de paneles electrónicos el piloto ordena ejecutar maniobras concretas, giros, descensos o ascensos controlados, volar recto y nivelado a una altura determinada, realizar maniobras complejas con referencia a ayudas a la navegación, GPS, etc. La diferencia es que en el Boeing 737, en caso de avería o mal funcionamiento, el piloto puede desconectar totalmente la electrónica y pilotar “a la antigua”, mientras en el Airbus la desconexión electrónica nunca es completa y partes esenciales del vuelo son controladas siempre por ordenador, y son ya varios, aunque no demasiados, los accidentes en los que el piloto de un Airbus no ha podido evitar estrellarse. Por otro lado en muchas situaciones el Fly by Wire proporciona seguridad y control adicionales, por ejemplo, el A-320 que amerizó en el rio Hudson en enero 2009, no habría conseguido una maniobra tan perfecta y un contacto tan suave con el rio sin la pericia del piloto, y el Fly by Wire. Sin duda que el futuro de la aviación pasa, entre otras cosas, por el Fly by Wire, pero hasta que el automatismo total no esté absolutamente perfeccionado prefiero volar en un avión donde el piloto puede recuperar el control total del aparato.
Después de las víctimas y el dolor de sus allegados, lo peor del accidente ha sido el aluvión de Tuits y otros comentarios en Internet, cargados de catalanofobia, como los dos siguientes publicados por El Periódico, junto con otros, pero no incluyo más para no provocar vómitos.
[Ojala un avión en el que estén todos los catalanes y se estrelle contra una roca y se mueran lenta y dolorosamente @apuntem CATALUFOS]
[A ver, A ver, no hagamos un drama, que en el avión iban catalanes, no personas.]
En todas las situaciones similares inevitablemente aparecen seres infrahumanos descerebrados que escriben o dicen barbaridades, pero esta vez se ha producido un verdadero chaparrón de comentarios sumamente insultantes. Los responsables de que se haya producido este deplorable hecho son los políticos, como los del actual gobierno y similares, que creen que el problema catalán se soluciona a base de nula inteligencia, palos, mentiras e insultos, los que dicen actuar por la unidad de España pero que cada vez que hablan o actúan separan más a Catalunya de España, y que estos días están empeñados en cuerpo y alma en asegurarse que si hay final de Copa del Rey la pitada sea monumental. Lo malo es que no van a captar el claro mensaje porque ellos no se equivocan jamás, eso es cosa del resto.
El domingo hubo otros accidentes, ni tan graves, ni tan trágicos, y sin víctimas, al menos de momento. Me refiero a las elecciones andaluzas, donde recibieron fuertes varapalos algunos de los que no se equivocan jamás.
Rajoy y el PP demostraron claramente su infalibilidad y cinismo el día siguiente, lunes 23, cuando se reunió el comité ejecutivo, y escuchándolos uno tenía que preguntarse a la fuerza en que planeta viven. Rajoy dijo que los resultados de Andalucía no son extrapolables al resto del país porque “todo es muy volátil”, lástima que no sea él quien se volatilice, porque entre otras cosas se atrevió a afirmar que en Andalucía los socialistas habían tenido el peor resultado de su historia (??), será en Júpiter o Mercurio. Carlos Floriano, secretario de organización dijo que la razón de los resultados hay que buscarla en el hecho que el PP gobierna y ha sufrido el lógico desgaste. Parece ser que el señor Floriano todavía no se ha enterado de que el PSOE lleva más de 30 años gobernando en Andalucía. Y no podía faltar la payasada de rigor de Celia Villalobos que calificó a Rivera de niño con pañales que huele a Nenuco. Cada vez que pienso que esa tipa es la vicepresidenta de nuestro Parlamento me entra un ataque agudo de profunda vergüenza.
UPyD también recibió una sonora manta de palos, y la señora Rosa Diez, otra de las infalibles que jamás yerra, como era de esperar ha huido hacia adelante y el daño al partido ha sido considerable. De todas formas se debe felicitar a los de UPyD, porque si un partido creado, fundado, manejado y liderado por Rosa Diez ha tardado tanto en pegarse la primera bofetada fuerte es porque debe estar plagado de mentes muy preclaras.
La victoria de Susana Díaz es incuestionable, pero también algo incomprensible, porque en un partido tan manchado por la corrupción, antes de las elecciones habló mucho de su actitud ante los corruptos, el que la hace la paga, pero de ahí no pasó. Sus acciones contra la corrupción fueron nulas. Como que todo se debe tomar con sentido del humor, os adjunto un chiste de Ferreres publicado por El Periódico.