Una de las cosas que he aprendido en la dieta es a utilizar las especias y las hierbas aromáticas de forma que los alimentos tengan unos sabores diferentes cada vez. Y esto es lo que os propongo hoy realizar: un aceite de hierbabuena que os va a durar en la nevera varias semanas y que dará un toque muy original a vuestros asados y salteados a la plancha.
Sólo necesitamos aceite de oliva y un puñado grande de hojas frescas de hierbabuena.
Lavamos la hierbabuena y la colocamos en el fondo de un vaso de batidora y añadimos un dedo de aceite. Ponemos en marcha la batidora y vamos añadiendo poco a poco más aceite, casi gota a gota, hasta que tengamos una cantidad que nos parezca bien. Y ya está nuestro aceite listo para usar.
Lo metemos en un bote de cristal y lo cerramos bien para guardarlo en la nevera. No pasa nada si veis que al cabo de unas horas se pone espeso y se solidifica, es normal. Cuando vayáis a utilizarlo coged una cucharadita de este aceite solidificado (parecerá gelatina verde) y al contacto con el calor de la sartén volverá al estado líquido en un par de segundos.
Ya veréis qué gran diferencia supone en un simple filete de pechuga de pollo a la plancha.