¡Buenos
días bell@s!
Desde
hace un par de años más o menos, me ido haciendo más y más asidua al empleo de
aceites en mis rutinas de belleza; a tal punto que hoy es raro abrir mi
mueblecito del cuarto de baño y no encontrar algún producto en este formato.
El
producto que os voy a reseñar hoy es el Aceite de Rosa Mosqueta de Laboratorios BABÉ. Llegó a mi vida de pura casualidad y, precisamente, no era para mi
uso personal. Pero una vez lo tuve en casa, vi sus propiedades y, además, el
uso principal que pensaba darle ya estaba cumplido… ¿por qué no probarlo yo?
Si
os apetece quedaros por aquí, os sigo contando…
Para
empezar os cuento un poco acerca de Laboratorios BABÉ, ya que considero que no es una marca que se conozca todo lo que
debería y merece, así os va sonando un poco más. Se trata de una empresa
española, fundada en 1994 por dos
farmacéuticos cuyo objetivo fue desarrollar una línea de productos dermocosméticos sencilla y clara. La línea BABÉ es altamente recomendada por médicos y farmacéuticos como coadyuvante para tratamientos dermatológicos.
Además, todas sus fórmulas están testadas
dermatológica e hipoalergénicamente, respetando el equilibrio y pH
fisiológico de la piel. Añadir que, además cuentan con departamentos propio de
I+d+i y de Calidad, y que, por añadido, están certificados según la norma ISO 9001:2008 (lo mismo esto os suena
un poco a chino, pero para mí, que estoy formada en gestión de la calidad, es
un dato importantísimo a tener en cuenta a la hora de confiar en una empresa).
Para
mi sorpresa, esta empresa tiene su sede
justamente en Valencia, que es donde yo vivo en la actualidad [os recuerdo
que soy una gaditana acogida amablemente por los valencianos (; ]. Mi primera
toma de contacto con esta marca fue mucho antes de hacerme blogger, allá por
2008-2009. Una compañera del máster que cursé me recomendó muchísimo una
hidratante de esta marca, y no recuerdo por qué (creo que porque mi madre me
hizo llegar otra vía MRW), pero al final no investigué más sobre el tema.
Siempre he querido probar alguno de sus productos, pero fue necesario hacerme
mami para cumplir este deseo y, la verdad, sin ni siquiera pretenderlo.
Una
vez entrados en materia, paso a contaros todo lo que sé de este producto
cosmético.
El Aceite de Rosa Mosqueta de BABÉ se
trata de un aceite reparador, regenerador y nutritivo, indicado para todo tipo de pieles pero, en especial, las más
castigadas, secas y/o desvitalizadas. Es apto además para pieles que estén bajo
tratamiento dermatológico agresivo, para quemaduras y para cicatrices. La mayor
precaución que hay que tener es la de no
aplicarlo en heridas abiertas.
Como beneficios
se destacan, además de las propiedades
regenerantes y cicatrizantes del Aceite de Rosa Mosqueta, el efecto reestructurante y nutritivo gracias a su alto contenido
en ácidos grasos esenciales Omega 3, 6 y 9.
Contiene un 82 % de aceite activo, y entre sus
ingredientes destacamos:
Aceite
de Rosa Mosqueta 10%
Aceite
Inca Inchi 10%
Vitamina
F 1%
Vitamina
E 0.50%
Aceite
de Soja 60% (*)
(*información
obtenida de la ficha web del producto)
Os dejo también una foto de los ingredientes:
La textura es
aceitosa pero fluida, para nada espesa y/o densa, que
es lo que se suele esperar de la mayoría de los aceites. Además, no contiene ningún aroma, o al menos yo
no le detecto olor ninguno.
Con
el packaging hay que ir con cuidado, ya que el envase es de cristal y, por tanto, bastante frágil. El sistema
para dispensar producto es de pump,
y hay que ir con un poco de cuidado a la hora de extraerlo porque si queremos poquita cantidad, es relativamente
fácil pasarse. Yo ya le tengo pillado el truco y lo controlo muy bien, pero es
cierto que al principio me costaba un poco.
Supongo
que sabréis la cantidad de propiedades
que posee el aceite de rosa mosqueta. Yo, por mi parte, os voy a refrescar
un poco la memoria aún a riesgo de ser pesada…
Retrasa
los signos de envejecimiento prematuro y las arrugas.
Mejora las estrías y manchas de la piel
Combate los efectos del
fotoenvejecimiento
Rehidrata la piel seca
Disminuye las cicatrices
Mejora la regeneración de la piel frente
a quemaduras
¿Cómo descubrí
este aceite? Pues hubo una época en la que mi
hijo, que tendría unos 7 – 8 meses, empezó a tener problemas para hacer de
vientre. Se tiraba varios días sin hacer nada de nada y cuando por fin
lográbamos que saliera algo, su culito sufría lo indecible. Le vi una heridita
en esta zona tan delicadísima y se lo comenté a su pediatra, que sin dudarlo me
recomendó que le comprase el Aceite de Rosa Mosqueta de BABÉ para regenerar y cicatrizar bien la zona una vez
acabase un tratamiento que le puso con otra crema para curar la herida.
Una
vez la pequeña herida se curó, empecé a aplicarle este aceite un par de veces
al día, y en apenas dos semanas ya no había ni rastro. Así que guardé este
aceite en el mueblecito con las cosas de mi nene por si tenía que volver a
echar mano de él.
Un
par de meses después, mi bebé comenzó a tomar mucha menos cantidad de lactancia
materna. Pasamos de hacer unas 5 – 6 tomas al día a 2 – 3, por lo que el
volumen de mis pechos bajó considerablemente. Y, si bien en mi vientre, cintura
y caderas, no tuve ningún problema de estrías durante el embarazo y el post – parto
(tenéis aquí un post donde os cuento mis productos estrella durante el embarazo
para este fin), el pecho sí que se me resintió y detecté varias pequeñas
estrías rojas haciendo acto de aparición y sumándose a las que ya tenía de mi
adolescencia :(
Como
no podía comprar en ese momento ninguna crema específica, me acordé que tenía
este aceite por ahí, prácticamente quedaban 2/3 del botecito. Así que, con
mucha paciencia, me aplicaba un par de gotas sobre esas pequeñas estrías. Para
mi gran deleite y alegría, al mes ya habían desaparecido y todo quedó para mí
en un susto.
Actualmente
ando utilizándolo sobre una cicatriz muy antigua que tengo en la frente,
producto de un mega – grano gigante que me salió en la adolescencia. Soy
consciente de que no me la va a eliminar por completo (si lo hace, le pongo un
monumento) pues es una cicatriz muy, muy antigua que imagino que habría que
tratar con productos dermatológicos mucho más específicos (y quizás agresivos)
o incluso recurrir a cirugía, para eliminarla. Pero bueno, llevo un par de
meses aplicándolo por las noches y desaparecer obviamente no, pero sí que noto
la marca algo más clara. Añadir también que, pesa a que tengo la piel
mixta, y justamente la marca está en una zona donde suelo tener algo de grasa,
tenía miedo de que me provocase granitos, pero no ha sido así. No he notado
absolutamente nada de aumento de grasa en esta área, con lo cual, un punto más
a favor.
Lo
compré en una farmacia de mi barrio
y, si no recuerdo mal, me costó unos 16
– 17 €. Además, la farmacéutica, que es majísima por cierto, me dio una
minitalla de una crema hidratante, la hidronutritiva protectora con SPF 20. Y
pude probar in situ su agua micelar.
Hay
varias cosas de BABÉ que tengo
apuntadas en mi lista para ir probando en cuanto pueda, si queréis podéis echarle
un vistazo a su página web porque la tentación está servida. A mí me tienta
toda la línea de bebés, obviamente, jajajajaja (y es que cuando te conviertes
en mamá, lo primero, lo segundo y lo único, es tu pequeño retoño), y lo que más
me llama la atención, a mí personalmente, son el Gel Micelar Calmante, el Agua Micelar, el Sérum Antiedad, el Fluido Despigmentante, la Anticelulítica… Bueno,
bastantes cosas como veis!!! Además he descubierto que tienen su propia crema anti – estrías, por lo que lo tengo muy en cuenta si vuelvo a quedarme
embarazada.
¿Conocéis
Laboratorios BABÉ? ¿Qué habéis
probado de esta marca? ¿Soléis emplear aceites en vuestra rutina de cuidados?
¡Contadme
cosas!
Y
millones de gracias por vuestras lecturas y comentarios,
Auxi