Revista Cultura y Ocio

Acelgas por aceras, el legado de Carmena

Publicado el 25 mayo 2016 por El Sol De Madrid Rubén Olmeda @elsoldemadrid

Manuela Carmena ha regalado ceniceros de plástico a los Campeones de la Euroliga de basket y les dijo que fumar es malo, a deportistas de élite, ojo. Manuela le dijo a las madres (no a los padres) que deberían organizarse en comunidades de limpiadoras para limpiar los colegios de sus hijos. Carmena le dijo a los niños madrileños que deberían recoger las colillas del suelo, es decir, eso que siempre decimos los padres “niño no cojas eso, caca”, pues ahora la señá alcaldesa quiere que los niños dejen la pelota y los coches en el parque para ponerse a capturar colillas usadas.

Manuela Carmena le ha dicho a las agencias de rating (las que ponen nota a tu deuda) que les den, no lo ha dicho ella, pero lo dijo el Concejal de Hacienda y ella no le rectificó. Manuela no le ha pedido la dimisión a la imputada Rita Maestre, portavoz del Ayuntamiento, tampoco se lo dijo a Celia Mayer, la de los titiritarras y la cabalgata perroflauta. Manuela dijo que al principio no le gustaba ser Alcaldesa, pero ahora ya le va cogiendo el aire. Manuela dijo que ya no quería dar su opinión porque siempre la atacaban y metía la pata. Manuela dijo que pagó su chaletaco (es decir, casolplón) de forma muy correcta…y ahora sabemos que el Notario ha declarado que puso 120.000 euracos (euros) en billetes, vamos lo más normal del mundo, poner 120.000 € en billetes como cualquiera de nosotros hace (ironía).

Manuela Carmena le ha dicho a los chinos de Wanda que aquí no queremos su dinero, que mejor se lo lleven a Paris o donde sea, pero aquí en Madrid no. La señá Carmena bate records, como el de que la capital por primera vez supere la media de la Comunidad de Madrid en tasa de paro, ¡olé!.

La policía municipal, los bomberos y muchos funcionarios del Ayuntamiento de Madrid (los que echaban pestes del PP, si) resulta que andan muy enfadados con ella porque permite a sus Concejales hacer y deshacer y no tienen mucha idea, por lo que son ellos, los funcionarios, los que acaban pagando el pato. Por ejemplo cuando desmantela la unidad de la policía que actuaba en grandes tumultos y luego aparecen 4 unidades sueltas y les apalean las bandas latinas en el Centro.

Manuela Carmena ha dejado grandes estupideces para que los niños en el futuro puedan entender a dónde llevan el populismo y el odio ideológico, pero lo que Carmena nos va a dejar a los madrileños es una ciudad agujereada, una “ciudad topo”.

En Madrid solamente van a poder circular los topos, los conejos y las serpientes, porque ya está siendo imposible pasear, montar en bici o circular en vehículos de motor, sin sufrir sustos o percances. Resulta que cada día aparecen nuevos socavones y nadie los arregla. El servicio de “Línea Madrid” se limita a dar números de referencia como cuando en una guerra se reparten billetes del régimen derrotado, es decir, que no valen para nada. En mi caso concreto llevo desde octubre de 2015 denunciando una zona por la que imposible transitar sin tropezar, me han dado varios números de referencia (por ejemplo el 2146858, el 2169139 o el 2282102) y me han dicho que “están trabajando en ello”, madre mía si eso lo dice Aznar.

Adjunto la foto de una acera de Madrid, en un barrio cualquiera, por el que pasan ancianos, niños, padres y madres con carritos de bebé, etc. Aceras que nunca se arreglan, aceras rotas, como la política de urbanismo de Ahora Madrid, rota.

Pero tranquilos, amigos, que Manuela Carmena nos dejará huertos urbanos para la posteridad, según sus propias palabras del pasado 23 de mayo, “ya incluso nos hemos comido las primeras lechugas, pero la verdad es que no estábamos seguros si en realidad eran acelgas”, afirmó. En todo caso, “estaba buenísimo”. Es decir, un Ayuntamiento al que se le dispara la tasa de paro, que controla una ciudad en la que las aceras están destrozadas, donde la policía se queja de que no pueden hacer bien su trabajo…en esa ciudad Carmena se dedica a cultivar hortalizas en dependencias municipales. Y lo peor es que no tiene ni puta idea de si lo que se lleva a la boca es una acelga o una lechuga. ¡Pero que Alcaldesa tenemos!. Si no sabe si se come una acelga o una lechuga, es normal que no sepa diferenciar una obra de teatro para niños, de un acto proetarra.

Señora Carmena, deje de plantar nabos y dedíquese a gestionar la capital de España.


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