En este blog y en muchos otros lugares sobre budismo o minimalismo, hablamos sobre aceptar la vida como es, porque en ello está la paz que nos permite seguir adelante.
Pero éste es uno de los puntos peor entendidos por la gente, además de que es la crítica más común que hace el capitalismo a las enseñanzas del Buda.
El valor de aceptar las cosas como son, fueron la primera enseñanza del Buda, llamada Dhammacakkappavattana Sutta, o El Ciclo de la Rueda de la Verdad. Ahí nos instruye sobre las Cuatro Nobles Verdades.
La Primera Noble Verdad o Dukkha, nos habla de que la vida incluye sufrimiento y entre más rechacemos este hecho, más sufrimiento nos provocaremos. Así que sólo hay que aceptar para seguir adelante.
Aceptar la vida como es no significa abandonarse y esperar la muerte.
Aceptar las cosas como son no significa mediocridad ni conformismo.
Aceptamos la vida como es, sin resistencia y sin oposición. Dejamos ir las etiquetas, apegos, aversiones y los juicios que el ego impone.
¿De qué sirve esto?
- Nos hace entender que nuestras opiniones personales jamás son un reflejo de la realidad.
- Entendemos que la vida está como está, a pesar de sus complicaciones, y esto nos da una base sólida para comenzar a construir.
- Notamos que nunca habrá un momento ideal para hacer las cosas. Así que hay que nos movemos siempre hacia adelante, un paso a la vez.
Aceptar la vida como es tampoco significa dejar de hacer planes. Significa poder hacer planes y tener metas, bajo la inteligencia de que la vida es dinámica y no debemos apegarnos a una fantasía del futuro.
Ejemplo: puedo tener en la mente acabar un doctorado. Es un gran objetivo. Pero en el camino para lograrlo pueden suceder muchas cosas, como una enfermedad o crisis económica. Entonces me adapto al cambio, recupero fuerzas y decido si seguir adelante o si la meta cambia. Al final, lo que importa es el camino y el aprendizaje de vida.
Ejemplo: acabo de terminar con mi pareja y sufro mucho. Luego de las acciones de duelo (sí, son acciones, no etapas) veo que ésta es mi realidad. Entiendo que así son las cosas. Mi pareja ya no está. Y eso está bien, estoy en paz fuere cual fuere la razón. Esto es lo que hay y es mi nuevo terreno para comenzar a construir mi presente.
Al aceptar la vida como es vemos sin apegos todo lo que hay. Vemos las cosas por todos los lados posibles, sin apegos ni rechazos.
Y entonces avanzamos un paso a la vez. Un día a la vez.