En términos de pragmatismo político la etiqueta "España" no funciona igual en Tordesillas que en Berriozar. Existe hoy cierto debate impulsado por gente próxima a Movimiento Ciudadano y al diario El Mundo que trata sobre el papel que UPyD y Ciudadanos deben asumir en el actual marco de pérdida de peso político de los partidos turnistas. Tanto Ciudadanos como Pedro J. y más gente piden una y otra vez a UPyD que se planteen algún tipo de apertura o que dulcifiquen su disposición para crear la posibilidad de un tercer partido que postule ciertos planteamientos de regeneración democrática.
Si uno atiende a lo que repiten en UPyD y a lo que dicen en Ciudadanos, costará encontrar la más mínima diferencia no ya en sus discursos concretos sino en los principios que inspiran estos discursos. El impedimento que argumenta la jefa de UPyD —seguro que escuece lo de "jefa"— es que existen diferencias ideológicas esenciales entre los dos grupos y además diferencias en la estrategia de implantación por toda España. Dejando a un lado la inexistente diferencia ideológica —no olvidemos que los planteamientos más importantes son de mínimos coincidentes—, llama la atención que la estrategia sea un impedimento para la unión.
Por una parte UPyD pretende implantarse en toda España como partido nacional diciendo exactamente lo mismo en todas partes. Por otra parte Ciudadanos es un partido catalán cuyo discurso parece atractivo en más lugares de España. Si la piedra está en el tejado de UPyD convendrá recordar que UPyD no se come un colín en Galeuscat. Ciudadanos no sabemos si se podrá comer algo en la Meseta y en otras tierras homogéneas, a priori parece que lo que se puede comer ahí ya se lo comerá UPyD. Es por tanto en Galeuscat donde se debe ver si esa alianza de la que habla Pedro J. puede operar.
La política en la periferia galeuscatense (buf) frente a la del resto de España tiene una diferencia fundamental. En Galeuscat hay partidos nacionalistas aparte de los turnistas habituales. Estos partidos nacionalistas patrimonializan presuntas fuerzas telúricas y hacen suyo un agregador fortísimo como es el del sentimiento de pertenencia. Si eres del Partido Nacionalista de Busconia, llevas las banderas de Busconia a tus mítines y cantas el himno de Busconia en tus congresos, ya tienes la mitad del recorrido hecho. En Galeuscat, a un lado del agregador "España" hay otro agregador que si lo pierdes o lo desprecias ya te puedes olvidar de comerte nada.
No se puede ignorar alegremente que hasta los elementos más amistosos hacia el agregador "España" en sitios como Galicia, también están inclinados a asumir como propio ese otro agregador más inmediato. Por lo tanto si tú llegas con un discurso en el que sólo hablas de España, te estás perdiendo parte de la merienda. Dicho esto alguien me podrá decir que la pureza del discurso es importante y que a largo plazo y con medios suficientes se cambiarán las tornas. Puede ser. Pero en política creo que hay que medir mucho las fuerzas con las que cuenta cada uno y además estoy convencido que la política tiene más relación con mancharse las manos y cometer errores que en crear bonitas e impecables estatuillas de elefantes de jade.
Ahora bien, hay que reconocer que UPyD es autónoma para tomar sus decisiones, faltaría más. Y también no olvidar que en este asunto estamos todos a oscuras: creo que sólo el PP tiene capacidad de manejar sondeos constantes sobre el tema y obviamente se los callan (o al menos lo intentan).
Es obvio que en aquellos lugares en los que varias identidades se solapan no se puede hacer como que no existe una de esas identidades. Y esto lo digo yo que como liberal que trata de marcar distancias con el idealismo o el esencialismo reconozco políticamente la identidad del padrón municipal y gracias. Pero es que incluso con esto presente, no puedo ignorar que la identidad es un sentimiento que tiene fuerza política.
Es legítimo que un partido político tenga un plan y quiera extenderlo por todas partes, como pretende UPyD, pero tampoco se puede ignorar que hoy UPyD no está en posición de hacer exigencias de máximos, todavía como partido que se llama regenerador no puede más que regenerar las cafeteras de sus sedes y poco más. Así que si de lo que se trata es de cambiar las cosas, primero hay que tocar poder. El resto son batallitas que poco importan al personal.
Batallitas como la de la diputada Lozano que en un artículo de El Confidencial hace malabarismos para colar "Fuerza Nueva" en su descripción de Ciudadanos. De no saber de qué partido es esta señora diría al leerla que es del PSOE. Luego por otros medios aclara que sabe muy bien que Ciudadanos no es el enemigo. Ya. Pero mientras peleáis entre vosotros, los otros, los turnistas, se frotan las manos. Y los maoístas-gordillistas ya ni te cuento.
Conclusión: ¿se deben unir UPyD y Ciudadanos? Ni idea (tampoco me preguntéis a mi). Creo que los dos defienden ciertas cosas positivas pero dejan de lado otras. Quizás no estamos viendo todos los puntos de vista. En Galeuscat existen dos ejes ideológicos y creo que incluso uniéndose, uno de ellos no lo estarían clarificando.