Hace ya casi dos meses, más precisamente el pasado 17 de marzo me metí con mi hidrohide a la laguna de Monte en un sector conocido como la Boca. El nivel del agua estaba bastante bajo y me tuve que arrastrar de rodillas por el barro por muchos metros, para que en la mayor parte de las ocasiones las aves escaparan por tener que hacer movimientos algo bruscos y sobresalir mucho. Sin embargo en un sector donde 15 años antes se había dragado tenía un poco más de profundidad como para ir bien, más bajo y esforzándome menos. En ese sitio donde se habían formado unas islitas había varias especies de aves descansando, una de ellas era lo que considero un juvenil o inmaduro de gaviotín pico grueso (Gelochelidon nilotica) ya que cuando pasaba otro gaviotín que supongo que era de la misma especie ya que no lo alcancé a ver desde el hidro este lo llamaba intensamente y miraba hacia la dirección desde donde venía, en mi opinión solicitándole alimento.
Este gaviotín estaba junto a otros que se fueron cuando me aproximé pero fui afortunado que esta ave se quedara quieta, en parte debido a mi paciencia ya que me desplacé muy lento, quedé incluso detenido varios minutos hasta que tomara confianza. Esta fue la máxima aproximación a la especie y además lo más que me pude acercar ese día ya que llegaba a tocar mi escondite el borde de la isla.
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