David Nuñez | On 09, jul 2013
Earl De Derby dijo:
“El que no encuentra tiempo para ejercitarse tendrá que encontrar tiempo para la enfermedad.”
Esta frase resuena con especial significado a la vistan de estudios recientes llevados a cabo por diversos profesionales de la salud que han demostrado la existencia de beneficios reales y cuantificables derivados de la actividad física, tanto para la mejora de la memoria y capacidad cognitiva como para la prevención de enfermedades mentales degenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
Yves Rolland (Dr.), Gabor Abellan van Kan (medico clinico y doctor) y Bruno Vellas (medico clinico y doctor) en su estudio titulado “Actividad Física y la Enfermedad de Alzheimer: Desde la Prevención a las Perspectivas Terapéuticas”, abordan los beneficios del ejercicio físico como herramienta de prevención de esta enfermedad mental degenerativa detallando:
“Este estudio sugiere que la actividad física puede resultar en mejor salud cerebral, prevención del declive de la capacidad cognitiva y reducción en la incidencia de Alzheimer. La actividad física puede proteger ante el declive cognitivo y la demencia a través de la reducción de varios factores de riesgo cardiovascular como hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia y obesidad. De cualquier modo, la mayoría de los estudios epidemiológicos reportan un efecto protector posterior al ajuste de estos factores de riesgo cardiovascular, sugiriendo que la actividad física tiene un rol preventivo independiente.”
Si bien uno de los beneficios obvios proviene del aumento de la circulación sanguínea en el cuerpo, el incremento de la oxigenación de la misma y la prevención de factores de riesgo cardiovascular, otros estudios han demostrado además que es el hipotálamo (parte de nuestro cerebro que es una de las principales involucradas en la memoria y el aprendizaje) uno de los más beneficiados por la actividad física. Sin un hipotálamo funcional, el proceso de codificación de la memoria cesa, produciendo típicamente un estado de amnesia.
Naturalmente se preguntaran al menos dos cosas en este punto:
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¿Qué tipo de ejercicio es el óptimo para obtener estos beneficios? y
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¿En qué consisten dichos beneficios?
Vamos por partes:
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En particular, los que mayores beneficios que se reportan, según los estudios consultados, son aquellos que combinan actividades de tipo cardiovascular y métodos de entrenamiento de resistencia (como ejemplo puedo citar el programa de entrenamiento CrossFit) aunque es necesario recalcar que no tienes que levantar 1000 kilos ni correr maratones para ver resultados, es más, el exceso de ejercicio puede provocar en el cuerpo y la mente exactamente el efecto opuesto al que se quiere lograr, ni siquiera lo bueno es beneficioso en exceso.
(*Recomendación personal)
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Los beneficios son muchos, entre ellos: mejora de la plasticidad (capacidad del cerebro de crear nuevas sinapsis), control de los niveles de cortisol (hormona del estrés), incremento de la neurogénesis (creación de nuevas neuronas), mejoras en la capacidad y velocidad de procesamiento de la información, resolución de problemas y procesos de atención, reducción del encogimiento del hipotálamo producto de la vejez, reducción del riesgo de desarrollar Alzheimer, Parkinson y depresión e incluso ha demostrado ser útil para la recuperación neurológica derivada de lesiones traumáticas como conmociones.
El ejercicio no es una panacea ni mágicamente
te transferirá conocimientos de física cuántica pero te dará un cerebro más saludable por más tiempo
Evidentemente, empezar a correr mañana o inscribirse en el gimnasio más cercano no les convertirá por antonomasia en el próximo Albert Einstein o Stephen Hawking, si bien vuestro cerebro agradecerá y sentirá los beneficios derivados de una vida activa, es vuestra responsabilidad poner información útil en él si quieren ver resultados óptimos.
Sí, es cierto, entrenar es agotador, y para aquellos que apenas empiezan quizás aún más, pero en palabras sabias de Plinio el Joven:
“Es destacable como la inteligencia se ve afilada por el ejercicio físico”
En conclusión, no importa si eres un atleta consumado o tu concepto de ejercicio consiste en mover los pulgares en el control de la Playstation, todos pueden beneficiarse de un poco de actividad física. El ejercicio no es una panacea ni mágicamente te transferirá conocimientos de física cuántica pero te dará un cerebro más saludable por más tiempo, ayudará a mitigar y prevenir problemas de salud mental y te brindará una mejor calidad de vida.
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