Revista Cine
Tengo mucho tiempo sin ir al cine, creo que los problemas te acercan a las salas, pero también te alejan, no puedes “ver” la historia ajena si estas definitivamente enfocada en las calamidades de tu vida real. Sin embargo, tiendo a ver ciertos films, debido a los actores que participan en ellos.
El cine es así, una aventura y una ventana a un mundo paralelo. Ese mundo en el que necesariamente necesitamos perdernos a veces para no pensar o mas bien para encontrarnos un poco en el placer de la despreocupación. En ese mundo paralelo hay personajes representados por personas de carne y hueso: los actores. Generalmente tendemos a asociar a los actores con sus personajes, aunque la mayoría de las veces cuando el actor es “bueno” o se le califica como tal, se destaca por realizar personajes disímiles.
Es un lugar común esa frase de que “actúo porque me da pereza ser siempre el mismo”, eso lo he escuchado mil veces en entrevistas a actores, también los escritores dicen algo parecido: “escribo porque estoy aburrido de mi vida”, el mismo Vargas Llosa lo dice de un modo mucho más elegante “quien escribe está inconforme con su realidad”. Esa “inconformidad” la manifiesta escribiendo, tratando de ser otros al menos en papel. Quizás sea verdad para los actores esa necesidad de “vivir vidas paralelas”, cuantas veces nosotros mismos no deseamos ser otras personas, yo misma me anoto en esa lista.
En fin… el cine nos hace creer ciertas cosas –esa es la idea- y lo cierto es que, porque “le crees” percibes o no simpatías con esos representantes de las ficciones que suelen ser los actores. Me pasa que si veo a un actor en un film, y me gusta, comienzo a ver todas sus películas, su sola presencia en una cinta es motivo suficiente para verla. Por ejemplo, vi compulsivamente en una época todas las cintas de Al Pacino desde El Padrino hasta la mediocre 88 minutos, todas las de De Niro desde Heat hasta “Enamorarse” con M. Streep.
Esto de ver cintas porque actúa tal o cual persona, creo, tiene mucho que ver con la idea de que, la mayoría de los actores que se involucran en proyectos buenos, tienden a seguirlo haciendo, aunque hay actores ruines en buenas películas y otros que solo han tenido una o dos que han valido la pena. Sin embargo, bajo esa premisa suelo “fichar” a ciertos actores, aunque también porque me gustan algunos gestos, ciertas formas de expresión. Creo que tiene que ver con que, como todo en la vida, podemos tener “química” con cierto modo de contar el mundo, cierto modo de hablar, cierta forma de expresión. Las películas son del director, pero a veces (muchas) me pregunto como se habría hecho , por ejemplo, Scorsese estos últimos años sin DiCaprio.