Dos vistas en detalle
Seguimos con los árboles, en esta ocasión todos con acuarela. Los papeles utilizados son diferentes, desde pruebas con algunos nuevos hasta el Garzapapel de siempre. Para conseguir textura pudiera parecer que es imprescindible el papel rugoso, de grano grueso. Sin embargo, utilizando pigmentos de Daniel Smith Primatek o Kremer, que producen mucha granulación, uno puede jugar con sus efectos de sedimentación incluso con papel satinado. El primero, un álamo viejo de la Casa Gil, en Alpera (Albacete), un árbol que sale en las guias de árboles pintorescos de la provincia y que he dibujado y pintado en numerosas ocasiones, con hojas verdes, ocres y amarillas o sin ellas, pues tengo muchas fotos de cuando vivía en Alpera. El papel es Saunders Waterford satinado, como decíamos. La anterior acuarela, vista en detalle de un trozo de un tronco, está pintado sobre papel Windsor & Newton satinado, de 300 gr., papel que es una novedad para mí. De los tres satinados que he probado para esta entrada lo colocaría en segundo lugar, casi igual que el Arches, mi preferido, ambos mejores que el Saunders, a mi escaso juicio. Al menos para mi forma de trabajar, porque estos colores que sedimentan tanto a veces son problemáticos para conseguir un baño unidorme. Son papeles similares, más los dos primeros que el último, pero el Arches permite mezclar mejor sin dejar bordes, cosa útil cuando se da un baño en toda la superficie o en gran parte de de ella, como un cielo. Con el Saunders y estos pigmentos hay que andar listo. Luego está la formna de tomar el agua y el color. Ver una pincelada gruesa recién aplicada sobre el Arches satinado es una gozada, algo muy diferente que con el mismo papel con grano gueso o fino, también maravillosos para otros momentos, temas y formas de hacer. Además, terminada la acuarela, el Saunders se comba más que los otros dos.¡Por qué usar papel satinado si buscamos textura? Muchas veces para hacer resaltar algo se recurre a rodearlo de elementos o zonas tratadas de manera diferente en algún aspecto, de forma que contrasten con lo que queremos hacer evidente o relevante, el asunto principal. Los colores brillan más si están rodeados de grises o tonos quebrados. Un fondo bastante claro evita tener que cargar las tintas para resaltar el tema principal; una zona suave, de color uniforme, sobre un papel satinado dirige la atencion por contraste hacia la textura y la rugosidad del árbol, en este caso. Eso sí, para conseguir esos efectos ya no contamos con el grano del papel. Hay que jugar con la granulaciòn de los pigmentos (azul lapislázuli, marrón rojizo oscuro de hematita, azul profundo de sodalita o negro de magnetita, comercialmente Lunar Black, todos de Daniel Smith. También las tierras granulan mucho, especialmente las muchas que ofrece Kremer. Pinceladas secas y rápidas en el la dirección del crecimiento del tronco, pequeñas grietas sugeridas con pincel fino o dibujadas con pincel, lápiz graso blanco frotado con suavidad dando puntos de luz, rascaduras con cúter o a navajazo limpio... Esas cosas ya las hemos explicado en otras entradas del blog dedicadas a las texturas La siguiente acuarela, sobre un olivo del Maestrazgo, en Castellón, que me traje de allí buena provisión de fotos, se hizo sobre Garzapapel y se ven las diferencias. Ya hemos hablado muchas veces de este extraordinariio papel artesano fabricado en Alcoy, en Alicante. Tiene un grano fino pero evidente, permite mezclas en húmedo y toda clase de manipulaciones, pues tarda en secar más que otros. Y nunca se comba ni alabea, ni siquiera el de 180 gramnos. Me parece excelente, tiene un comportamniento muy noble y controlable y para muchas cosas no he encontrado nada mejor.
Un ficus elástica en la Plaza de España de Águilas, en Murcia, en la siguiente acuarela. Lo dibujé en un cuaderno tomándome un café sentado debajo, a pocos metros, frente a este tronco chorreante como un reloj de Dalí que parece un muro vegetal, vivo y ondulado. Hice fotos para retomar el tema después, algunas alejándome un kilómetro para sacarlo entero, pues es una enormidad de árbol. Una hermosura. Ya hemos dibujado alguno más, de Alicante, Valencia o Sevilla. Este está también hecho sobre Arches satinado. Se ha tenido especial cuidado, por lo que hablábamos de contrastes, en conseguir lejanía por el sistema de dar poca intensidad a los colores del fondo, con un poco azul o violeta en algunas zonas. La tentación patriótica de darle un rojo y gualda intensos a la bandera la hubiera traído al primer plano. Paliducha queda mejor, en este caso. También reducir detalles y nitideces, que se dejan para el primer plano que se quiere destacar. Las ventanas y balcones tienen arcos lobulados, neomudéjares deben de ser. Con sugerir ese detalle en uno de ellos ya basta, el resto queda borroso como corresponde a un segundo plano relativamente lejano. Los chistes mejor no explicarlos. Empezábamos la entrada del blog con un árbol de la Casa Gil, en Alpera. No muy lejos de él crecen otros, rodeados de setos de matas y árboles más pequeños, casi todos chopos, álamos y acacias. Y algunos lirios. De una foto de una primavera pasada vuelvo a hacer esta acuarela, que en otra ocasión ya pinté. Es curioso cómo un mismo tema, incluso basado en una misma foto, puede dar lugar a resultados tan dispares. Aquí, un contraluz en el que se trataba de resaltar la luminosidad del fondo sin llegar a oscurecer demasiado la parte de los árboles que nos dan la cara a nosotros y la espalda al sol. Licencias del artista, como es dejarlos más claros de lo que eran en ese momento. Las hojas contra el sol se prensentan sueltas, puntos aislados, incluso simples salpicados. Pierden estas hojas y algunas ramas su forma y casi su color, muy desvaído, incluso en el fondo se deja brillar más el blanco del papel que el azul del cielo y el ocre del suelo. El problema de estos temas con tanta vegetación es tratar de no hacer un catálogo de Tintanlux, con cuarenta verdes distintos. Como se ha usado un azul, cerúlero en este caso, con él y un amarillo tenemos que tratar de valernos para los verdes preponderantes. Añadiendo a la mezcla un poco de índigo, siena o azul turquesa sacamos muchos verdes armoniosos. Luego se ha recurrido al verde de jade de Daniel Smith, solo o mezclado, para los verdes más intensos y por dar algo de variedad sin pasarnos. Tanto la anterior como las dos siguientes acuarelas se hacen sobre un papel de Fabriano Studio con un grano medio. Muy similar al Canson Montval.
Casi monocromáticos, estos dos trabajos tratan de pintar un bosque, jugando con los distintos planos de los árboles. El primero con azul de lapislázuli y lunar black, el segundo con tintas marrón y negra. Un divertimento otoñal, de una foto vista por ahí. Cielo de lapis, montañas lejanas con índigo y Prusia muy diluido, ocres y un rojo oscuro, o Madder Lake, carmín de alizarina o similar. Verdes dos, el sap green, siempre fresco y jugoso y el verde de jade oscurecidos a veces con sodalita, un azul oscuro tipo índigo, aunque con mucho grano, o aclarados con el ocre dorado. Otoño, agua, ramas blancas dejadas sin pintar, ocres, rojizos (hematite o Venezia) y río Júcar en un paraje cerca de Albacete.
Sobre papell satinado de Saunders Waterford, un pino con las raíces al aire, sujetándose como puede en una ladera del monte por Bienservida, en Albacete. Se ha jugado con las intensidades y los tonos para sugerir la lejanía del fondo contrastando con el detalle y nitidez del primera plano. Los colores cálidos de una y otra zona contribuyen a reforzar el efecto, acercando las raíces por color y nitidez. Normalmente uso ese sello para los dibujos en cuaderno, pero veo que en la acuarela no queda mal.