Una acuarela basada en el belén de mi amigo Jesús Cruzado, que sirve para felicitar la Navidad a quienes se pasen por mi blog estos días. Procurando no entrar en demasiado detalle, con tonos cálidos contrastando con esos azules y violáceos de ultramar, lapislázuli y amatista.
A continuación, echo mano de archivo, de fotos de viajes de este año, que ahora apetece poco salir de casa con estos fríos. Alicante bajo la lluvia, con ese tiovivo del puerto que ya he pintado otras veces, o un paisaje basado en las nubes sobre las llanuras ceranas a Albacete, en el caso de las dos siguientes.
Torrevieja, también en invierno, con la playa solitaria.
Y ya nos vamos otra vez a los árboles. Uno de Bienservida, en Albacete, con las texturas de costumbre pero jugando con otros verdes.
Un paisaje otoñal cerca de Alcaraz. Es una foto de hace muchos años, que he versionado dos o tres veces, intentando recoger esos colores rojizos y verdosos de las montañas y suelos de la zona. Y un árbol, en este caso imaginario, intentando variar los colores habituales, en este caso basándonos en un azul índigo de Rembrandt, bastante transparente e intenso. El azul elegido, si se usa en las mezclas de toda la acuarela, tanto en los verdes como en las sombras, hace que toda la gama cambie, dando unos tonos menos cálidos que el ultramar, que tiende a violeta, más rojizo, o el cerúleo, más cercano al verde, tendencia amarilla, pues.