En los últimos años se ha vuelto más evidente las consecuencias del cambio climático. Por ejemplo Colombia se ha convertido en uno de los países latinoamericanos con mayor vulnerabilidad frente a los desastres naturales. Según el Banco Interamericano de Desarrollo ocho de cada diez colombianos están ubicados en zonas de riesgo de desastre, además de tener un 87 por ciento del PIB expuesto a estas catástrofes. En la última ola invernal, el gobierno nacional estimó en cerca de 2,5 millones las personas afectadas y más de 1 millón las hectáreas inundadas.
Ante los riesgos permanentes que se seguirán presentando es necesario adaptarse al cambio climático. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático define la adaptación como: “Adaptación al calentamiento global y el cambio climático es una respuesta que busca reducir la vulnerabilidad de los sistemas naturales y humanos a los efectos del cambio climático”. Esa adaptación vista desde el diseño incluye el concepto de resiliencia que se define como la capacidad que tiene un individuo o grupo para recuperarse frente a la adversidad y seguirse proyectando al futuro. Se habla entonces de trabajar bajo principios de un diseño conjunto en donde diseñadores y comunidades puedan identificar riesgos y oportunidades y así poder encontrar la mejor manera de adaptarse satisfactoriamente a las nuevas condiciones que se continuarán presentando.
En la practica, el trabajo para la adaptación al cambio climático a través del diseño se implementa de muchas maneras. Un ejemplo de esto son las llamadas ciudades de transición que consisten en comunidades que buscan rediseñar sus pueblos y ciudades como respuesta al cambio climático y el alto costo de los combustibles. Las propias personas encuentran maneras para reducir el uso de energía, desarrollar cultivos comunitarios y programas de reparación o reciclaje de objetos en lugar de desecharlos a la basura. Proyectos de permacultura (es el diseño de hábitats humanos sostenibles imitando los patrones de la naturaleza) son otro de los ejemplos en los cuales existe un campo de acción entre comunidades y diseñadores.
Los retos que afrontan las comunidades invitan a los diseñadores a reconsiderar muy bien lo que es ser un diseñador. Es necesario construir los escenarios para que las comunidades conozcan esas posibilidades de adaptar sus capacidades, educandose y trabajando juntos. Eventualmente las emergencias tendrán respuesta y se buscaran formas de socorrer y ayudar, sin embargo el llamado es a reflexionar en como construir las cosas en lugar de simplemente construirlas