Hace 20 meses, el 21 de junio de 2013, escribí un post tratando de hacer una adaptación de la famosa “Desesperación” de Espronceda. Deliberadamente busqué un lenguaje límite, desesperado, tremendista de palabras y conceptos para intentar estar a tono con la maestría “al borde de un ataque de nervios” del inigualable autor romántico.
Ahora, inesperadamente, una jauría de fachas ha tomado ese escrito mío para hacerme causa y diana de su inmadurez personal y política y recibo todo tipo de mensajes ofensivos por hasta tres redes sociales distinta a causa de ese escrito.
Yo sé responder mal a los insultos y al barriobajismo así que, como respuesta, se me ha ocurrido repetir el texto que tanta indignación causa a estos amantes del yugo y las flechas y la caspa facciosa. Es este.
Desesperación
Me gusta ver el cielo
con negros nubarrones
y Bárcenas millones
robando al esquiar,
me gusta ver la noche
sin luna y sin estrellas,
y a Wert las religiones
hacerlas aprobar.
Me agrada un cementerio,
mangantes bien repleto,
Aznar por amuleto
y Arenas sin cobrar,
y allá un sepulturero
de tétrica mirada
con mano despiadada
sus sobres machacar.
Me alegra ver la bomba
caer mansa del cielo,
e inmóvil en el suelo,
en “aquel” sitio explotar,
y luego embravecida
que estalle y que se agite
y rayos mil vomite,
y sobres por doquier.
Que el trueno me despierte
con su ronco estampido,
y a Gallardón, dormido,
le haga estremecer,
que rayos cada instante
caigan sobre su cuento,
que se hunda el parlamento
me agrada mucho ver.
La llama de un incendio,
ministros va quemando
y sueldos derribando,
quisiera yo encender;
tostarse allí un villano
un cerdo de banquero
arder su billetero,
¡Qué gusto, qué placer!
Me gusta una CEOE
despidos tapizada
reformas regaladas,
sin frutos, sin Rosell,
merchanes que allí canten,
ni sol haya que alumbre
y sólo se vislumbre
la horca en derredor.
Allá en caja o monte,
solar desmantelado,
me place en sumo grado
la caja reventar,
moverse las libretas
con áspero chirrido
igual al alarido
que anuncia el desahuciar.
Me gusta que al Averno
lleven a los chorizos
y allá a los ministros
les hagan padecer;
les abran las maletas,
les rasguen las braguetas,
acaben con sus dietas,
sin de ayes caso hacer.
Insólita avenida
que arrase “aquella” calle,
de sobres sin que fallen,
ladrones por doquier;
se lleve los “sobreros”,
algunos “ganaderos”
y estragos miles cause,
¡Que gusto, qué placer!
Las voces y las risas,
Aznar y las botellas,
y los pelotas dellas ,
babosos, saquear , ,
llevarse los millones
a las cuentas suizas
robar con tanta prisa,
comprando hasta el fiscal.
Romper después las cuentas,
los sobres y sus leyes
y abiertas las navajas,
buscando al maricón
que los recortes hace,
mezclados con reformas
y sin ninguna norma,
llevarlo al paredón.
Me alegra ver a Wert
recortando las becas,
mientras que su “muñeca”
es Rouco en confesión,
y que otros, ya sin ley,
se meen en Rajoy,
cantando de la LOMCE
impúdica canción.
Me agradan las Sorayas,
tendidas en los lechos,
muñecas de desecho
y “barbis” de salón,
mostrando sus quebrantos,
sin orden en escaño,
pastora del rebaño.
¡Qué gozo!, qué ilusión!
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