Revista Salud y Bienestar

Adaptación del ejercicio en cada etapa de la enfermedad renal

Por Ana46 @AnaHid46


Adaptación del ejercicio en cada etapa de la enfermedad renal

Foto: Ana Hidalgo


Los beneficios de realizar alguna actividad física o deporte es conocida por todos. Voy a citar algunas de la ventajas que nos aporta la práctica regular de ejercicio: 
  • Nos ayuda a mantener el peso y a bajarlo. El ejercicio es la clave para mantener un peso saludable.
  • Disminuye la posibilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular, nos ayuda a reducir la tensión arterial y a bajar los niveles altos de colesterol.
  • Los huesos se fortalecen y disminuye el riesgo de sufrir fracturas y evita o detiene el curso de la osteoporosis.
  • Nos ayuda a mantener los músculos fuertes.
  • Tenemos más resistencia, nos cansamos menos y se tiene más energía durante el día.
  • Mejora nuestra coordinación, nuestra flexibilidad y nuestra capacidad física.
  • Nuestro ánimo y nuestra autoestima suben al sentirnos mucho mejor
  • Disminuye el estrés y mejora la calidad del sueño.

Estos son algunos de los beneficios que podemos comprobar al realizar algún tipo de actividad física, pero hay muchos más.
Las personas con una insuficiencia renal crónica, pasamos por diferentes etapas a lo largo de nuestra vida, y no sólo eso, sino que incluso estando en una etapa buena (como en un trasplante), podemos tener momentos de "bajón", por diferentes motivos (anemia, una gripe, una infección, un dolor muscular...). También es importante tener en cuenta la edad de la persona y el deterioro físico que deriva de muchos años de diálisis u otras patologías.
Por eso, es muy importante adaptar nuestro esfuerzo físico y el tipo de actividad que realizamos a cada momento de nuestra vida.
Se ha demostrado que hacer ejercicio físico de manera regular mejora el bienestar y la tolerancia a la diálisis y las personas que lo hacen tienen menos cansancio después de las diálisis. En las personas trasplantadas, nos ayuda a mantener nuestro peso, fortalece nuestro corazón, nuestros huesos y muchos beneficios más.
En general, en todos los enfermos renales, el ejercicio mejora enormemente la calidad de nuestra vida.
Si estás en una fase en la que tienes mucha energía y te encuentras estupendamente, aprovecha para realizar ejercicios aeróbicos y cardiovasculares a diario y una hora como mínimo. Te sentirás muy bien y tu cuerpo te lo agradecerá. 
Pero, si por el contrario, estás pasando un época en la que te sientes cansado o con algún tipo de dolor, baja el ritmo pero no te quedes inactivo.
Caminar o pasear, subir escaleras despacio, realizar las tareas del hogar con buenas posturas, practicar yoga o tai-chi, son ejercicios que se pueden realizar a nuestro ritmo, con tranquilidad... Aunque notes que no puedes hacer mucho, lo mínimo que hagas será muy beneficioso y, poco a poco, irás de nuevo recuperando las fuerzas.
De todos modos, antes de comenzar a realizar una actividad física, sobre todo en el caso de que nunca hayas practicado ningún deporte o ejercicio, hay que consultar con el médico.
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