En casa, además de hacer adaptaciones físicas (las que afectan a su estructura), podemos hacer adaptaciones psicológicas, encaminadas a potenciar y mantener las capacidades cognitivas de la persona mayor.
Podemos utilizar estímulos visuales, colocando en el exterior de las puertas que queremos que la persona mayor reconozca, dibujos que identifiquen la habitación o lo que hay en ella. Si lo necesita, se pueden, incluso, pintar unas huellas de pies que vayan desde la habitación hasta el baño.
Para la orientación temporal, nada mejor que trabajar sobre un calendario individualizado que, además de indicarnos el día de hoy, nos facilite realizar pequeños ejercicios de memoria. Por ejemplo: Si hoy es día 12, ¿qué día fue ayer? En él, además, podemos tener anotaciones importantes de días anteriores.
Este calendario debe estar, al menos, en dos lugares de la casa, en su habitación y allí donde la persona pase más tiempo.
Los relojes grandes y sencillos para colgar en la pared son los mejores para la orientación horaria. Sencillos, con el fondo blanco y los números grandes en negro. Por supuesto, debemos evitar la numeración romana o los estilos recargados.
Nuestro hogar debe ser reflejo de las personas que lo habitan sean jóvenes o mayores.