Revista Diario

Adaptarse o morir en el intento

Por Myriam Cabanillas
Adaptarse o morir en el intento
Cuando no tienes hijos, la vida va a otro ritmo en todo: comidas, salidas, horarios....
Independientemente de los gusto de cada cual, sin hijos gozamos de otra libertad totalmente diferente.
De soltera, yo trabajaba en comercio y como salia de trabajar cerca de las 22:30, entre que me arreglaba un poquito y llegaba al lugar de reunión pactado, podía cenar perfectamente a las 00:00 de la noche...pero total daba igual, por que me acostaría muchas horas después y no había excesiva prisa a la hora de levantarse...
Recuerdo en navidades, haber salido de la tienda a las 23:00, haber ido de cena, copas,baile...llegar a casa a las 07:00, una ducha, desayuno y a las 09:30 abrir la tienda de nuevo...para todo el día!!!
E incomprensible y estoicamente  aguantaba...
Pero llegan los hijos, con su propio ritmo, intentando desesperadamente adaptar sus biorritmos con los nuestros...pero todo el mundo te dice que no les sigas, que los acostumbres a seguir el tuyo o estaréis perdidos...
Yo tengo la suerte de tener hijos de ritmos muy marcados y en casa tenemos unas rutinas instauradas que son rígidas, pero no inflexibles.
Ahora todo fluye , pero cuando mi hijo era pequeño...no, no fluía y no lo hacia por que durante mucho tiempo intenté llevar una vida social mas  menos animada,entendiendo en este caso por "vida social animada" quedar a cenar en casa de suegros, amigos o cuñados en lugar de a comer o ir a comprar a las 19:00 de la tarde e incluso invitar a alguien a cenar... y el resultado fue espantoso y frustrante:
-Si íbamos a cenar a casa de alguien, el niño se dormía en el coche, llegaba dormido y se despertaba hambriento justo cuando empezaba la cena adulta, con resultado de que yo no cenaba, cuando el ya estaba apañadito, varias almas caritativas y generosas se prestaban a hacerse cargo de el para que yo comiese mi fría cena y el resultado era que el niño se estresaba de mano en mano y se cogia unos cabreos monumentales...a la vuelta se volvía a quedar dormido en el coche y al llegar a casa, estando yo ya para el arrastre, el despertaba feliz y ufano dispuesto a 4 horas mas de juerga....
-Si alguien venia a casa pasaba mas o menos igual, pero casi peor, por que yo me iba temprano de casa de los demás cuando yo era la invitada, pero los demás no se iban temprano de la mía, el niño no se dormía en el trayecto, pero lo hacia mientras yo atendía a los invitados mientras alguien orgulloso me susurraba:"-"Te le he dormido para que te deje hacer cosas"
-Ir a comprar a ultima hora del día, cuando todo esta de bote en bote, con un niño que pide a gritos (literalmente) baño,cena y dormir, que se aburre de mortal necesidad y que se le antoja absolutamente todo lo que ve, por que todo es mas interesante que 1 kilo de pimientos verdes...es simplemente inhumano para ambas partes.
Ahora todo fluye: mis hijos muy madrugadores y se levantan muy temprano,ergo (por suerte) se acuestan temprano, luego cenan temprano, luego me recojo temprano...y así hasta llegar de nuevo en bucle al punto: se levantan MUY temprano...
Genial, yo me he adaptado, hace ya mucho que sigo sus ritmos, es mas, no es que los siga, es que mis ritmos y los suyos van al unisono y ha veces que soy yo la que se levanta muy temprano y ellos.....diez minutos mas tarde.
Pero a la gente no le cala el mensaje, años después se siguen asombrando cuando lo comento, siguen llamando a deshoras (este invierno recibí una llamada a las 23:15 de la noche que me paro el corazón del susto que me dio, llevaríamos ya dos horas largas dormidos...y se sorprendió no solo de asustarme, si no de despertarme...
No se si hacerme unas camisetas para los cuatro con el mensaje: "Si, tengo horario Ingles, que pasa"
O a lo mejor unas chapas que digan: "I love dormir con los pajaros trinando en mi ventana"
Y para que no os quedéis con la duda y podáis marcarme la letra escarlata de las rarezas logísticas familiares, os pongo mi horario:
Mi marido y yo nos levantamos a las 05:00 y los niños como mucho una hora y media mas tarde, dos si es fin de semana.
Comemos a la 13:00
Merendamos a las 16:00/16:30
Cenamos a las 19:30/20:00
Y a las 21:30/22:00 estamos en la cama.
Por que hay que contar que no solo es que madruguen y por eso se acuesten antes, si no que hay que bañarse y tardan su tiempo en cenar y claro si les pongo la cena a las 21:00, se acuestan alas 23:00 y por supuesto, no aguantarían y prefiero cenar de día con niños tranquilos (todo lo tranquilos que pueden estar dos pequeños terremotos como ellos) que no hacerlo mas tarde y tener dos niños quejandose por hambre y cansancio.
El "problema" , que no lo es tanto para mi, es que mi vida social es un poco reducida, pero nos vamos adaptando.
 Por eso, en cuestion de horarios (como en todo) : adaptarse o morir en el intento.
Adaptarse o morir en el intento
Myriam Cabanillas

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