Adem es una de las más arriesgadas e impactantes películas del cine europeo del año 2010. El debut de su director, Hans Van Nuffel, en el campo del largometraje no puede ser más osado: un film en neerlandés centrado en uno de los temas que, con frecuencia, hacen huir al público de la sala, una enfermadad incurable. Sin embargo el resultado es exquisito, un guión escrito con inteligencia y sensibilidad, alejado de la sensiblería habitual en este tipo de cine, y rebosante de un optimismo y una energía, frente a la adversidad, que contagia a la totalidad del patio de butacas.
Los hermanos Tom y Lucas sufren mucoviscidosis (fibrosis quística), la enfermedad genética y hereditaria más frecuente en la raza blanca, que en su caso les está destruyendo lentamente los pulmones. En uno de los habituales exámenes médicos, el pequeño de los hermanos encontrará en el hospital a Xavier, que también padece la misma enfermedad, pero que ha decidido disfrutar de su vida lo máximo posible con un optimismo fuera de lo ordinario y una energía desbordante, incluso hasta en el momento que su novia decide dejarlo. Este encuentro cambiará la visión general de Tom, e incluso, hasta su vida.
La fascinación que ejercen sus imágenes no decrece en ningún momento, las escenas memorables se suceden a un buen ritmo y el humor está presente a lo largo de todo el film. El encuentro de Tomas con su futura novia es una de las historias de amor más imaginativas que han pasado por la gran pantalla.
Stef Aerts y Wouter Hendrickx, los dos protagonistas, aportan una magnífica interpretación al resultado final y la mezcla de temas que aborda la película, las relaciones entre padres y adolescentes, el amor y la amistad, los problemas actuales de los jóvenes o la difícil elección de un modo de vida, se mezclan y enlazan virtuosamente, gracias a una escritura creativa y muy elaborada.
Un primer largometraje de Hans Van Nuffel, tan redondo, que nos hace esperar con impaciencia su próximo trabajo. El film ha sabido encontrar su público en las salas y dos importantes premios en el Festival Internacional de Montreal. Una película que todo adolescente debería ver y disfrutar. Bueno, y también los que ya no somos adolescentes.