Revista Arte

Adeu mestre

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Hoy mi post iba a llamarse (y se llamará, porque lo escribiré) “los chicos no lloran”. No lloran porque son (somos) fuertes, son valientes, varoniles, con dos huevos. Pues eso, cuando iba yo a desarrollar mi teoría masculina, dicen en TVE que Tàpies ha muerto. Y no he llorado, ni con mucho, pero sí que me ha dolido. Aunque ya contaba sus 88 añazos, este hombre siempre me gustó, a mí, respetable individuo que no entiende de arte un carajo. Pintor y escultor, Antoni Tápies i Puig fue uno de los mayores representantes europeos del arte abstracto de posguerra (o eso pone en El País y en La Vanguardia), y fue un asiduo de los grandes museos del mundo, pero yo lo descubrí entrando un día en el despacho de mi padre. Tenía un enorme Tapies en una de las paredes, inmenso, con notas musicales deformes, sobrecogedor y derretido. ¿Qué es eso tan feo papá? pregunté. Eso es un Tàpies, y deberías mirarlo con más detenimiento Pablo. Y así lo hice. Y me cautivó, las formas sin forma, las texturas rudas, feas, pero con algo, no se, quizás alma, quizás eran tan raras como el ser humano. Por eso no he llorado esta tarde, porque yo no lloro, pero sí que me he entristecido. Otro grande para el cementerio, y nos estamos quedando escasos de genios. Así que pónganse las pilas, porque un universo repleto sólo de mediocres está cerca.

Adeu mestre

 


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