Adicción a la fritanga

Creo que fue Emilio Aragón el que alguna vez dijo, refiriéndose a una conocida marca de patatas fritas, que no podría probar sólo una. ¡Qué razón tenía! Ahora, además, la ciencia señala el motivo…

El sistema endocannabinoide hace referencia a un grupo de neuromoduladores que recientemente ha adquirido mucha relevancia por su papel en la ingesta de alimentos, apetito o balance energético y que, además, jugaría un papel en el psicoactivo efecto de ciertas drogas derivadas del cannabis.

Un grupo de investigadores del Departamento de Pharmacología y Bioquímica de la Universidad de California acaba de publicar en PNAS un análisis que podría explicar, por ejemplo, la adicción que se puede adquirir al consumo de productos grasos, como las patatas fritas. Concretamente, el estudio se centró en el papel que juegan las señales endocannabinoides en el intestino de ratas para controlar la ingesta de dietas grasientas.

El efecto placentero que sentimos, por ejemplo, al comer patatas fritas, uno de los alimentos que más engordan, es debido al efecto de estos compuestos similares a otros presentes en la conocida marihuana –de cuyos efectos no hace falta hablar-.

Al ingerir una sustancia grasa, se genera una señal que tras pasar por el cerebro y nervio vago, llega al intestino y estimula la producción de dichos endocannabonoides que, a su vez, pueden proporcionar una sensación de insaciabilidad –que tanto conocemos-.

Evolutivamente se justifica de la importancia, hace ya unos miles de años –al menos en los países desarrollados-, de proveerse de fuentes de grasas altamente energéticas.

Por el contrario, si durante el experimento en ratas se añadían antagonistas de los receptores de los endocannabonoides, la necesidad de ingerir grasa disminuía. Por supuesto, los investigadores, coordinados por Daniele Piomelli, quieren apostar por un futuro plausible tratamiento contra la obesidad a través de la regulación de la sensación de apetito, saciedad…