El tema no es ninguna tontería. Tradicionalmente se ha considerado el adiestramiento del perro como la transmisión de información en una dirección: del humano al perro, donde el perro solo es mero receptor de las órdenes que debe aprender. Afortunadamente, ahora hay modelos de adiestramiento donde el perro tiene más protagonismo y donde la información es bidireccional, es decir, las sesiones se convierten en una "conversación" donde el perro colabora en la práctica. Esto implica conocer y tener en cuenta las señales que el perro emite para que el guía pueda adecuarse a su estado emocional y actuar en consecuencia.
Por otro lado, tener debates de este tipo enriquece. El profesional que se aísle en su burbuja pensando que lo que hace es lo mejor que puede hacer, se quedará obsoleto, pasado de moda, ya que conocer y confrontar ideas nuevas le hará avanzar. Poner en duda lo que uno hace es bueno, te da el impulso para investigar y conocer más. Algo que cada vez más se está haciendo en el mundo del adiestramiento o educación canina explotando esas burbujas poniendo en cuestión ideas antiguas y aflorando otras nuevas.
Aquí tienes la conversación que tuvimos y si quieres dar tu opinión, puedes hacerlo incluyendo un comentario en este artículo:
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