Adiós 2015. Se acaba el año y tocaba ya pasar por aquí. Seis meses sin escribir...
De este año me llevo a mi pequeña: nuestro milagro particular, que no cambio por nada, pero he de reconocer que ha sido muy duro.
Los últimos dos meses y medio de embarazo, el reposo, el riesgo de parto prematuro, los drenajes de líquido amniótico para alargar la espera...Ahí tocó tragar y mantenerse, aguantar...Y lo conseguimos. En mi última revisión, el ginecólogo me dijo: "Nos tienes en ascuas, es prácticamente un milagro que hayas llegado hasta aquí". La recompensa, un bebé de 37 semanas y 3,100, una garantía de éxito para la segunda parte: operación y recuperación.
El 2015 trajo los momentos más duros de mi vida: dejar a tu hija de 2 días en la puerta de quirófano; no poder tomarla en brazos para no estropearle las vías el día antes de la operación ni varios días después; pasar horas mirándola, rodeada de cables y vías; oír sus llantos por hambre o porque le estaban cogiendo una vía. Irme de alta a casa y dejarla allí...
También trajo otros increíbles: verle la carita por primera vez, cogerla en brazos, la salida de la UCI, la vuelta a casa, el encuentro entre hermanas...Te das cuenta como cosas tan habituales , como coger a tu hija en brazos, son un mundo...Y todos los días tengo en mente a esos bebés prematuros y luchadores y a sus padres, con los que compartimos muchos momentos.
La crianza no esta siendo fácil: la lactancia materna se nos atragantó...el reflujo severo, las intolerancias, junto a los cólicos del lactante y la inmadurez de su sistema digestivo nos lo han complicado bastante, pero aún así, es un bebé feliz y risueño. Incluso, en estos días, que la famosa bronquiolitis ha venido de visita (si, también), ella no pierde su sonrisa.
Esta niña, ha sido un regalo, ya que todo lo que pudo salir mal, salió perfecto, y soy consciente de que mucha gente, incluso desconocida para nosotros rezó por ella, se preocupó por ella y le han dado fuerzas a su ángel de la guarda para que la cuide tan bien como hasta ahora y no le suelte la mano: Muchas gracias a todos los que habéis contribuido a este final feliz.
No quería acabar el año sin pasar por aquí y que entendierais el porqué de esta ausencia. Y es que he necesitado tiempo para asimilar todo lo que hemos pasado y también intento aprovechar el que me sobra para ver crecer a mi familia, sobre todo a mi hija mayor que es la que muchas veces acaba pagando mi cansancio o estrés y otras tantas siento que me estoy perdiendo una etapa tan bonita en ella... Así que, para el 2016, sólo quiero ser mejor madre.
Espero conseguir organizarme para mantener este rincón, muchas gracias a todos por estar ahí y...
Feliz Año Nuevo