Revista En Femenino
Está demostrado que, por norma general, todas las dietas son un fracaso rotundo: a largo plazo, el porcentaje de éxito de las dietas para mantener el peso perdido es tan bajo que, si fueran medicamentos, directamente se retirarían. ¿Por qué?
El problema de la obesidad hoy en día, en pleno siglo XXI, no es un asunto sólo de alimentación o dietas, ya sean de las conocidas como “milagro”, y que conviene evitar, o prescritas por un nutricionista. Es un problema multifactorial, en el que se combinan muchas variables: el estilo de vida, los hábitos (no sólo alimenticios), la predisposición genética, el ejercicio… Por otra parte, existen alimentos, como la comida basura, que son adictivos: grasa e hidratos de carbono es una combinación explosiva, que nuestro cuerpo no es capaz de asimilar correctamente y que, además, crean adicción.
En los últimos años hay una tendencia exponencial que se centra en el objetivo de reducir calorías con un apoyo general, enfocada en atajar, principalmente, los circuitos de adicción a la comida. Organizaciones como Weight Watchers, Pronokal o Naturhouse ofrecen un apoyo global: personal trainers, coachers, grupos de apoyo, y hasta clases de cocina saludable (para desmontar el mito de que lo bueno, si no mata, engorda). ¿Quieres conocer las claves para perder peso de forma sana y permanente?
.Está comprobado clínicamente que hay alimentos que resultan adictivos, como ocurre con la combinación de grasa e hidratos de carbono. En este caso, estamos ante una mezcla de alimentos que nunca se da en la naturaleza, y nuestro organismo no está programado para asimilarlos correctamente: de hecho, la combinación grasas y carbohidratos produce centros dopamínicos, que crean adicción.
.En el caso de la comida basura esto ocurre constantemente: hamburguesa con patatas, pizza o bocadillos mezclan alimentos grasos como el bacon con hidratos de carbono, como la masa, el pan o las patatas fritas. Si a esto le añadimos las bebidas gaseosas azucaradas, ya tenemos una bomba calórica, imposible de tolerar para nuestro cuerpo.
.Si quieres bajar de peso, tómatelo como un objetivo, nunca como una obsesión. Combina alimentos sanos con ejercicio frecuente, y, si alguna vez se te antoja un pequeño capricho, permítete disfrutar de él. Muchas veces es peor la ansiedad que crea pensar "no puedo o no debo " que darse el lujo.
.Perder peso, como dejar de fumar o cualquier otro propósito más o menos complicado, resulta mucho más fácil si cuentas con apoyo. Habla con tu pareja, familia y amigos, y si alguien se apunta, os será mucho más sencillo. Además, el hecho de avisar de que vas a controlar tu peso te evitará tentaciones futuras. También existen grupos de apoyo a los que puedes apuntarte.
.Confía en ti misma, responsabilízate de tu decisión y vive el proceso como un cambio positivo.
.Cree en ti misma: una fórmula que funciona muy bien es repetirse internamente que podemos conseguir perder peso, que nos lo merecemos y que somos capaces de conseguirlo. Las filosofías orientales ya lo dicen: recibes lo que proyectas. Las personas que consiguen alcanzar sus objetivos son aquellas que creen en sus posibilidades y capacidades y se sienten merecedoras de estos.
.A nivel psicológico, la mejor manera de afrontar un plan de adelgazamiento es con pensamientos positivos: se trata de una decisión que mejorará nuestra salud, nuestro estado de ánimo y nuestro aspecto. Imaginarnos cómo será nuestro cuerpo y nuestra vida cuando hayamos conseguido nuestro peso ideal es una forma muy potente de motivación.
.Aunque puedes hacerte un estudio personalizado para ver qué alimentos no debes combinar, toma como una regla de oro no combinar nunca carbohidratos y grasas. Si te encantan las hamburguesas, tómatelas, pero evita hacerlo con patatas fritas. Intenta incluir en tu alimentación cinco piezas de fruta o verdura al día, un mínimo de un litro y medio de agua, y procura hacer al menos media hora de ejercicio diario (si lo sustituyes por caminar, al menos una). Reduce, además, los hidratos de carbono todo lo posible, a no ser que tengas un gasto energético muy alto.
.La clave está en la acción: si quieres obtener algo distinto de lo que estás consiguiendo, haz algo distinto de lo que estás haciendo. Empieza desde ya a cambiar tus hábitos, intenta caminar más, elimina las bebidas gaseosas y cámbialas por infusiones, frutas o refrescos sin gas, y limita al mínimo el consumo de grasas e hidratos de carbono. No comer no es una manera de adelgazar, sino de enfermar: no te saltes ninguna comida, y si tienes hambre entre horas, toma algún snack bajo en calorías o una pieza de fruta.
.Desconfía de las dietas milagro, si decides perder peso acude a un médico o a un nutricionista, que te indicará cuál es la mejor manera de hacerlo. Tampoco te fíes de las dietas que se basan en un solo alimento, o en un grupo de ellos: el cuerpo necesita unos aportes de nutrientes (vitaminas, minerales, proteínas e, incluso, grasas), por lo que no debes suprimir un grupo de alimentos sin control.